Los medios y los días

Más paro, Sevilla moribunda

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06 feb 2020 / 04:20 h - Actualizado: 06 feb 2020 / 04:48 h.
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Debo estar deprimido y no lo sé, pero estas últimas cifras que acaban de indicarnos que de nuevo sube el paro en Sevilla y que la capital de Andalucía es colocada a la altura de Jaén, me han afectado especialmente. Es la subida del paro más severa en seis años y me pregunto si vivo en la ciudad de las poses, las pamplinas y los logros secundarios y sin embargo lo que hay realmente en su interior es un cáncer que la tiene moribunda de manera crónica.

Desde que en 1994 cerró la factoría Gillette la quiebra de grandes firmas no ha cesado. Para colmo, nuestra Abengoa ha estado a punto de irse al garete. Yo no soy un experto en economía, pero sí puedo ver desde fuera y como ciudadano que esta ciudad no tiene una estructura socioeconómica poderosa a la altura de su teórica importancia por historia y por potencial, Ahora observo que los medios le están echando incienso al alcalde Espadas porque ha desbloqueado el caso Altadis ¡después de doce años! ¡Doce años! Esta es la ciudad de “se va a hacer esto, se va a hacer lo otro” pero, si se hace, hay que esperar doce años o desde 2001 en el caso de los túneles de la SE-40. Para el metro hemos esperado desde que en los años setenta del siglo XX se trazaron los primeros proyectos y para la redacción definitiva de la línea 3, un año, ¡un año para revisar lo que ya está elaborado! ¡Un año! Debo ser un gilipollas que no entiende nada de nada porque me estoy volviendo viejo pero si comparamos proporcionalmente macro-obras que se han hecho por ahí veremos que lo de Sevilla no es normal.

Sí, hay un potencial turístico indudable –si llega una crisis grave se va al garete- como hay un abuso laboral en este sector que podría crear más puestos de trabajo si no fuera por la endémica codicia que encierra el sistema de mercado. Cuando veo en algún local de las zonas más turísticas –empezando por bares y restaurantes- que tienen agobiado a un joven o a una joven sirviendo a marchas forzadas, me pregunto por qué no se renuncia a tanto margen de beneficio en pro de un mayor empleo y por consiguiente de un mejor servicio y de un mayor consumo, supongo que estaré diciendo una tontería y que no entiendo nada.

Cuando mis alumnos miran resignadamente a Madrid o Barcelona -que lo están absorbiendo casi todo en España-, cuando se fijan en Londres o hasta en América Latina para irse a ejercer, me pregunto dónde han estado las estructuras comunicacionales de capital andaluz a lo largo de la historia de esta región. Y –de eso sí entiendo- compruebo que no hay, que jamás hemos tenido una industria mediática propia y fuerte –audiovisual, periodística, cinematográfica, publicitaria...- y que vamos a perder el carro en la implantación y desarrollo de la Cuarta Revolución Tecnológica.

No sé si estaré hoy afectado por algo que ignoro y lo traslade a esta columna, pido perdón si así fuera, pero me parece que vivo en la ciudad de las tonterías, la fanfarronería de algunos, la urbe de los anuncios rimbombantes, vivo en la ciudad que dio un salto por la Expo en 1992 mientras Valencia lo dio sin Expo, sin Olimpiadas y sin ser Capital Europea de la Cultura como Madrid en el 92. Ni Madrid ni Barcelona necesitaban sus acontecimientos para ser poderosas. Sevilla no tiene peso allá arriba ni tiene una clase empresarial vigorosa ni tiene políticos con verdadera influencia porque si surgen se centran en Madrid. El contexto de toda la decadencia sevillana desde que empezó la democracia se ha llamado PSOE y una estructura empresarial por lo general dócil que ha pretendido vivir bajo las ubres del dinero público mientras que no les echamos una mano a esa cantidad de jóvenes empresarios que trabajan en silencio desde Sevilla pero para el extranjero y otras comunidades españolas. Aquí hace falta un doble relevo generacional: empresarial y político, y dejarnos ya de si Sevilla va a acoger la final de la Copa del Rey y demás monsergas que son pan para hoy y hambre para mañana.