Los medios y los días

Más propaganda mediática

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03 ene 2020 / 07:59 h - Actualizado: 03 ene 2020 / 07:16 h.
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Decía Balzac cuando criticaba a la prensa parisina del siglo XIX que había quien todos los días escribía el mismo artículo. Pues algo similar es lo que observo a diario en los informativos radiofónicos de onda media.

Cuando el mensaje esencial de un medio es el mismo durante años, ya no existe periodismo, existe propaganda porque la propaganda es el deseo de llevar a tu molino a la gente sin darle otras versiones realmente alternativas.

La propaganda mediática de la democracia evidentemente no es la misma que la de las clásicas dictaduras, claro, es una propaganda digamos menor y mucho menos intensa, pero posee el agravante de que se desarrolla en un sistema donde se vulnera la constitución que obliga a proyectar una información veraz y no otra sesgada sólo para darle a sus públicos el pan de cada día que consiste en ofrecerles no lo que sucede -con sus más amplias aristas- sino lo que desean oír, en este caso. Es decir, no estamos ante el periodismo sino ante el comercio, el deseo de conservar y captar clientela mediante la cual lograr dividendos publicitarios y/o influencia política e ideológica.

A los medios les chifla criticar a la universidad –sobre todo si es pública- y descubrir por ejemplo plagios en las tesis o falsos másteres. Me parece muy bien y es una de sus misiones. Sin embargo, si nos detenemos a analizar los mensajes de los medios más influyentes, ninguno aprobaría en rigor científico o, si lo desean, en ética informativa ni en respeto humano. Existen muchas tesis doctorales que lo prueban pero que los medios no dan a conocer.

La SER es una plataforma de propaganda presuntamente de izquierda civilizada, de feminismo y de eso a lo que llaman solidaridad. La COPE –como la SER- es una sucursal de la Casa Blanca en este caso bendecida por la Iglesia. Y RNE cada vez se parece más a la SER como correa de transmisión progre. Ambas, SER y RNE, nos ofrecen cada día una buena dosis de propagada feminista de lo más superficial; a los informativos de RNE en Andalucía se les nota que no quieren darle mucha cancha a la Junta de Andalucía, a la vez que entienden por informativo que la mitad del tiempo se lo lleven noticias de sucesos. Los colegas no se mueven apenas de la redacción a buscar temas propios, con proyectar según sus criterios lo que les llega por el ordenador, tienen suficiente. Para eso no hace falta estudiar periodismo ni tener carnet de periodista.

En la COPE no entiendo por qué la Iglesia le permite al tal Carlos Herrera que insulte descaradamente a quien no esté de acuerdo con él. ¿Esta es la educación que yo debo darle a mis alumnos en la universidad? ¿Este tipo de profesionales son los que debo ponerles de ejemplo? Desde que llegó Prisa y se comió Antena 3 Radio en los años 90 y los periodistas que estaban en Antena 3 se fueron a la COPE y empezaron a lograr dividendos para ellos y para la Iglesia, la COPE ha contado en su haber con una nómina de insultadores que a veces me recuerdan a ciertos locutores que he oído en la radio de Miami. Han dicho de todo, desde que alguien era una mierda hasta desearle la muerte a un ser humano. Luego que los curas no prediquen amor y todos esos tópicos desde los púlpitos ni se quejen de la violencia infantil o juvenil porque a los mensajes de sus medios se unen los mensajes violentos estadounidenses a través de los videojuegos, etc. Y la Iglesia suele estar del lado USA muy a menudo.

Es una verdadera pena comprobar esta absurda lucha mediática entre dos tendencias ideológicas, que deja a un lado la deontología periodística para intentar captar votos, dinero e influencia. Con razón buena parte de los públicos ha abandonado al periodismo y le da cada vez menos credibilidad y el periodismo ha ido volviéndose poco a poco un entretenimiento a ver si así logra ser rentable. Claro que entonces habrá que llamarle simplemente información, pero no periodismo y menos conocimiento.