Los medios y los días

Me deprimo despacio (1)

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27 nov 2019 / 08:00 h - Actualizado: 27 nov 2019 / 08:00 h.
"Poesía","Los medios y los días"
  • Me deprimo despacio (1)

Como informa este diario, el viernes presento un libro de poemas, no hace falta ni que lo compren, dice lo que todos los poetas a mi edad: que el paso del tiempo es un mojón con chorrera, que eso a lo que llaman amor es un consuelo y una tortura, que los malos no son tan malos ni los buenos tan buenos, hasta el punto de que hay malos buenos y buenos malos, todo está confundido. Eso sí, como yo no soy poeta, sólo escribo “cosas” parecidas a versos, lo digo todo con desparpajo y falta de respeto a la literatura y sus normas, algo que le da cierta chispa a la obra. Sin embargo, a ese libro no le dan un premio ni afiliándome al PSOE y haciéndome amigo de todos sus “intelectuales” y creadores, ¿se han fijado ustedes que en España casi toda la cultura la tiene monopolizada el PSOE y su pensamiento débil y posmoderno? A la derecha parece que la cultura le importa tres leches.

Ahora, en los premios Andalucía de periodismo, se ha notado que ya no está el PSOE en la Junta porque alguno de los que han caído no los hubiera concedido el PSOE de ninguna de las maneras. Pero quitando eso, el PP apenas controla y de los novatos Ciudadanos y Vox para qué hablar, si no se controlan ni ellos mismos.

Hay una película de José Luis Garci que es mi película preferida, se llama Sesión continua. Es de 1984 y fue nominada para los Óscar –a ver para cuándo un buen reportaje de investigación sobre ese montaje-. Ya sé que no es la mejor película de la historia del cine, ni siquiera está entre las cien o doscientas primeras –que yo sepa- pero para mí es la más entrañable y con la que me he reído y llorado más porque ahora los hombres también lloramos, aunque formemos parte del patriarcado opresor, yo el primero, que soy el machista más salao que ha parío madre.

Sesión continua relata la vida de dos guionistas –uno de ellos director también- que están pariendo una película. Lo he dicho bien, la vida, porque esos dos –Adolfo Marsillach y Jesús Puente, los dos ya fallecidos, me cachis en la mar- sólo viven para el cine. Los acompañan José Bódalo y Encarna Paso –también muertos, leche, si es que estoy rodeado de muertos hasta que me toque a mí- y con los cuatro me lo paso de cine. En un momento determinado, a uno de los dos guionistas se le ocurre un título para la película: “Me deprimo despacio”. Cuando se lo dice al otro y le pregunta si le gusta, el otro responde: “Por una parte, no, y por la otra, tampoco”. Y a pesar de todo se le queda ese nombre.

A un servidor de ustedes le pasa como al protagonista de esa imaginaria película, que se deprimía despacio. Es que pongo la radio, la TV, leo prensa, leo noticias en mi móvil y me deprimen despacio, me aburro con tanta reiteración de ideas, si no fuera porque leo libros y otras fuentes que me cuentan lo que de verdad está ocurriendo en el mundo, me deprimiría de golpe y entonces no sé qué me pasaría. Porque les juro a ustedes que casi todo lo que nos dicen hoy los medios es una sarta de superficialidades y estupideces que agotan a cualquiera que haya mamado de otras fuentes rigurosas y científicas. Con razón digo en el libro de poemas que voy a presentar -molestando a los amigos y conocidos- que no se muere uno por enfermedad sino por aburrimiento.