Desvariando

Menos sensible que un banco

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
02 may 2020 / 08:31 h - Actualizado: 02 may 2020 / 08:32 h.
"Desvariando"
  • Menos sensible que un banco

Cuando comenzó todo esto de la pandemia me llamaron desde mi banco para decirme que estuviera tranquilo y preguntarme que si necesitaba algo. Les contesté que agradecería cualquier tipo de ayuda, aunque me aclararon que no podrían congelarme el préstamo, permitirme que recupere lo del plan de pensiones o cambiarme la fecha del pago del recibo del préstamo para poder saldarlo cada mes sin problema. ¿En qué consistía, entonces, la ayuda? En dejarme más dinero. O sea, en endeudarme un poco más, que es lo que hacen los bancos, darnos facilidades para que nos entrampemos. Lo cierto es que este mes se lo han cobrado todo antes de que me ingresen el sueldo. Hasta la cuota del plan de pensiones, que les pedí que la congelaran un par de meses o tres hasta que pasara un poco la tormenta. Nada, tocaba este mes y la han metido de nuevo sin pestañear.

Hacienda tampoco es muy sensible que digamos. Me siguen cobrando el autónomo, a pesar de que mis ingresos han bajado bastante porque no presento festivales ni doy conferencias. Y, además, luego están los recortes. Endesa ha mandado su factura, con unos sesenta euros más que la anterior, porque si se está confinado, encerrado, se gasta más luz. Una barbaridad de luz. Gracias a Dios tengo un puesto de trabajo. Imagino las penurias que estarán pasando quienes han perdido el suyo porque los han obligado a encerrarse en casa y llevan casi dos meses esperando a que les ingresen algo para poder pagar recibos e ir al supermercado una vez por semana. Y a todo esto, algunos ministros o ministras, como Alberto Garzón y Yolanda Díaz, presumiendo ambos de que este Gobierno no va a dejar tirados a los trabajadores.

Tirados no, solo faltaría eso, pero podrían mostrar al menos algo más de sensibilidad con quienes hemos sido obligados a encerrarnos. “El que se sienta incómodo, que no abra”, dijo hace dos días la vicepresidenta Teresa Ribera en referencia a los dueños de los restaurantes y bares. ¿La van a cesar o va a dimitir por tratar de esta manera tan despreciable a los autónomos? No, claro. Aquí no dimite ni Dios. Ella tiene la nómina segura porque vive de la política. O sea, del Estado, del pueblo. De los que pagan el autónomo y, a veces, como ocurrió el pasado jueves en Sevilla, se quitan la vida porque no pueden más con tantos impuestos y tan poca ayuda, siendo tan importantes para la economía del país. Esto es un desastre, pero al menos que muestren algo más de sensibilidad, no solo los bancos sino también los gobernantes. Que no somos ganado vacuno.