Los medios y los días

Menos sueño, menos amigos, ¿por qué?

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19 mar 2023 / 04:00 h - Actualizado: 19 mar 2023 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Menos sueño, menos amigos, ¿por qué?

Igual que tenemos los santos del día, existen los días de algo. Esta semana que hoy termina me he enterado de que ha habido días como el Día Mundial del Sueño y que además tendemos a atesorar menos amigos que antes. También que un 40 por ciento de personas o más no duermen las famosas 7 u 8 horas que recomiendan los médicos, muy pesados en este asunto. Hace años le dije a uno de mis médicos de cabecera de MUFACE que estaba preocupado porque sólo dormía cinco horas y me contestó que él también. Me quedé a cuadros, ese médico necesitaba otro médico o un psicólogo y no un paciente.

Perdemos horas de sueño y amigos y una de las causas se la endosan a las pantallas de la sociedad digital. Vamos de la pantalla del televisor a la del ordenador sin perder nunca de vista la del móvil y sin olvidar la de la tablet, si se tiene. La sociedad de las pantallas, como afirma el profesor Román Gubern, en la que ya estaba el pantallón del cine, si bien esa pantalla no sólo es dañina a los ojos y al cerebro sino al oído por cómo tienen el volumen en una sala minúscula para cuatro gatos que estamos en ella.

Las pantallas nos dañan por dentro y eso hace que nos vayamos a dormir con el cerebro alterado. Las pantallas nos aíslan y por eso perdemos amistades. No voy a negarlo, lo dicen los expertos. Lo que no dicen los expertos es que hay algo más profundo. Los amigos se pierden con pantallas y sin pantallas, ya lo cantaba Alberto Cortez: “donde estarán mis amigos de juegos, quién sabe dónde se han ido, y que habrá sido de ellos”. Conozco a amigos de juegos, sé donde están, pero ya no sé quiénes son, el tiempo se los ha llevado a otra galaxia y algunos, aunque estén vivos, se han convertido en abuelitos que ponen a sus nietos por excusa para no reconocer que ya no tiene uno ganas de nada y que el pasado murió. Servidor tiene bastante de eso también pero lo admite, vivir cansa aunque no se tenga nada mejor que hacer.

Lo más profundo de todo, lo que no abordan los expertos es que la cabra tira al monte. No abordan eso porque los expertos, en su mayoría, aún no han superado, en este aspecto, a Aristóteles ni a Rousseau y piensan -ingenuos de ellos- que el humano es un ser social por naturaleza. Como se junta con los demás, es social. Una reflexión derivada de que es un animal político y de que es bueno por naturaleza pero luego llega la perversa sociedad y lo vuelve malo, como cuando algunas personas mayores decían en mi niñez que Franco era bueno y los malos eran los que estaban a su alrededor.

Los expertos se agarran a ese argumento peregrino de la sociabilidad innata para argumentar lo anormal de que perdamos amigos. No es exactamente así. Nos sentimos atraídos por las herramientas digitales y perdemos amigos porque, gracias al mundo digital, estamos regresando a la soledad y al yoísmo que llevamos dentro. Nos acercamos a los demás por necesidad, no por sociabilidad. El resultado final es el mismo pero las causas son diferentes. El resultado a primera vista es la sociabilidad a la fuerza, son las herramientas digitales las que nos permiten estar juntos a distancia, pero no revueltos. Los amigos del mundo digital no son amigos ni nada pero nos sirven de consuelo, son un placebo para nuestra soledad y nuestra vulnerabilidad. Lo peor es que no aceptamos esa soledad ni esa individualidad y necesitamos al otro para huir de nosotros mismos. Y esa es una de las grandes tragedias del ser humano, que le produce angustia, crisis, la tragedia de su mente estructurada luchando entre ella misma y, como efecto, dormimos menos y nuestros “amigos” están a decenas, centenares o miles de kilómetros de distancia.


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