Viéndolas venir

Mentiras capitales

Image
Álvaro Romero @aromerobernal1
06 nov 2019 / 17:09 h - Actualizado: 06 nov 2019 / 17:12 h.
"Viéndolas venir"
  • Los cinco candidatos. / EFE
    Los cinco candidatos. / EFE

El nombre es discutible, porque las manadas -de lobos, por ejemplo- no se dedican a violar, sino a cazar para comer, que es radicalmente distinto, y ya sabemos que el lobo cogió fama de perverso solo porque ningún narrador de cuentos contrastó su versión con la de Caperucita. Pero, en todo caso, lo inaceptable es que también los medios de comunicación les sirvan de canal, plataforma y trampolín a los mentirosos con alevosía para sembrar el odio contra los más débiles. Las calumnias son como chicles en el zapato, y hay que repetir millones de veces la verdad, como Goebbels hacía con sus mentiras, para que empiecen a despegarse: No. El 70% de esas violaciones salvajes no son cosa de inmigrantes. En todo caso, el 2,7% de ellas. O sea, dos o tres de cada cien, para que quede más claro. O sea -y toda insistencia es poca-, que el 67,3% de esa mentira tan gorda es cosa de españoles, naturalmente. Es decir -déjenme ser redundante-, que las mentiras de ese partido no son siquiera verdades a medias, sino mentiras capitales con fétido aroma de verdad.

El problema, como decimos, es que ya están dichas, ya circulan, ya se propagan incontrolables por el aire enrarecido de este país nuestro hasta el gorro de medias verdades, de mentirosos impunes y de cómplices acomodados de tanta falacia mezclada con tanta incertidumbre. La vergüenza es colectiva, porque si ya fue vergonzoso que ningún candidato a gobernar este país le hiciera frente al mentiroso contestándole con datos rigurosos, más vergonzoso fue que ningún asesor -de tantos como tienen y cobran- hiciera su trabajo a continuación, y más aún que una televisión pública y pagada por todos tampoco indagara en la verdad de la barbarie, a solo una semana como estamos de decidir si nos gobiernan unos mentirosos o unos cómplices despreocupados de la mentira. En la época de la cháchara en la red, es más necesario que nunca ese periodismo de datos contrastados que ya parece inútil porque aquí cualquier inútil es periodista. Y hasta político.