‘Merchandising’

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02 mar 2017 / 20:26 h - Actualizado: 02 mar 2017 / 20:26 h.
"Cofradías"

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Este término tan estrafalario es el que se está utilizando ahora para denominar la venta de diferentes mercancías con la que los mayordomos de nuestras hermandades, entre otros colectivos sociales, intentan obtener fondos para sus casi siempre necesitadas tesorerías.

Todos los cofrades alguna vez –sobre todo, en nuestros años jóvenes– nos hemos quedado embelesados mirando esas recargadas mesas o estanterías con todo tipo de estampitas, medallitas, llaveros y un sin fin de objetos que atesorábamos desde pequeños como recuerdos de nuestra hermandad o, simplemente, como coleccionistas de quincallería cofrade.

Cada año me sorprendo más de la cantidad de objetos y baratijas que sacan a la venta nuestras hermandades en esos kioscos que se montan, bien de forma efímera durante los besapiés y besamanos o bien de forma permanente en las casas de las hermandades.

Pero lo que nunca me pude imaginar es que estas mismas hermandades se aventuraran a entrar en el mundo del glamour y la sofisticación, ya que ponen a la venta perfumes, carteras, corbatas y todo tipo de complementos de uso personal.

Parece que vamos camino de convertir a nuestras tradicionales tiendas de recuerdos cofrades en boyantes negocios de comercio electrónico o presencial, en los que se pone a la venta cualquier tipo de objeto adaptado al estilo, características o elementos distintivos de una hermandad.

El día menos pensado mi hijo me pide que le compre una funda nórdica estampada con el muñidor de la Mortaja, o a mí misma se me antoja un traje de flamenca con el dibujo de la canastilla del misterio de la Carretería o un delantal de cocina inspirado en el ropón del pertiguero de La Cena.

No, no sonrían ante estas elucubraciones que ahora pueden parecer una excentricidad, que a más de uno seguro que se le habrán ocurrido.

Posiblemente el comercio de productos tan novedosos será muy productivo para los mayordomos y muy beneficioso para las hermandades, pero creo que la imagen que se ofrece ante la sociedad puede verse resentida con el tiempo.

Dios dirá.