Messi no dijo ni adeu

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07 ago 2021 / 22:46 h - Actualizado: 08 ago 2021 / 04:00 h.
"Fútbol"
  • Leo Messi. / EFE
    Leo Messi. / EFE

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El mundo es una cámara a la que miramos mientras dejamos pasar el sabor del gazpacho (por Dios el de Belen Esteban, nooo) o de los juegos infantiles sobre la moqueta de nuestros hijos.

Hemos sometido el universo a una lente que agranda o empequeñece cualquier relato, incluso sobre nuestra apersonal e intransferible insignificancia.

Nos enfocan permanentemente. Se sitúan en nuestra Smart TV o en los comandos de dictado a nuestros robots particulares, ¡Hola Alexa!. Hace unos días, dos trabajadores de una conocida multinacional fueron despedidos por “trato impropio” de las grabaciones.

Retransmisión sí; público no. Juegos Olímpicos sin testigos, como ficticias las primeras pisadas del hombre en la Luna.

Ya hasta el Betis puede ser subcampeón de Liga (lo de campeón aún necesita otra pensada), eso sí, virtualmente, con dos supporters y usando el mando a distancia.

La captación de la imagen alcanza sanciones de tráfico, y no hay crimen perfecto, al encuadrar el GPS dónde se hallan los sospechosos. Al día de hoy, que el asesinato de Marta del Castillo esté sin resolver parece un sarcasmo.

Mientras esto sucede, Assange sigue en una suerte de libertad vigilada, acusado de intrusión informática. Una Empresa de Jerez no tuvo ningún reparo en proceder de igual forma durante la estancia de áquel en la Embajada de Ecuador, y con ello, acumular pruebas para justificar peticiones de pena que casi alcanzan doscientos años de prisión. La contratante, una ONG al servicio de varios Gobiernos, pues hasta nuestra caridad y la cruz en la casilla de la renta, es canon espía de eso que llaman civilización occidental.

Nunca llegaremos a saber si Julian era un agente encubierto arrepentido, un soplón más de los intersticios del sistema o un periodista independiente. Estremece su último relato en torno a las muertes por coronavirus en Brasil, por el encono del sistema en que Bolsonaro no compre la vacuna rusa.

La apostasía de estos productos “defectuosos” del sistema, nos han brindado casi quinientos mil documentos, que prueban ejecuciones públicas y muertes masivas de niños y civiles, en eso denominado “Asesinato Colateral”, esto es, la eliminación selectiva de una docena de personas junto a dos periodistas iraquíes de la Agencia Reuters. No hay balas perdidas, como la pelota nunca entra por casualidad. Lo que importa no es Guantánamo, sino el sesenta cumpleaños de Obama...

El propio Juez Marchena -de cuyo fallo en el denominado proces, Pedro Sánchez y Rufián han volado hasta las comas-, validó las escuchas realizadas desde un teléfono, no respecto de las conversaciones mantenidas, sino actuando como micrófono externo de situaciones familiares privadas o juegos infantiles con una hija de seis años.

Por su parte, Snowden difundió los papeles de Panamá, que aquí acabó llevándose por delante hasta al Fiscal Moix. La herejía informática ilumina las evasiones fiscales de la propia Reina Isabel II de Inglaterra en las que ésta se aplica con tal destreza, que otros cien años más de vida no alcanzarían para gastarlas. Ya ven, ni los iberos Borbones son originales.

En España somos más prosaicos y la libertad de Ayuso filtra los Expedientes sanitarios del Rey Felipe o de Pedro Sánchez, cuyo interés no son que el primero se duerma o las hemorroides del segundo, sino tan solo que el vulgo sea enterado de que se vacunaron, o eso pone...

Y ya por último, la ocurrencia del Alcalde de Chipiona, donde los drones horadaron su espacio aéreo, para dividir milimétricamente sus arenas colmadas de yodo. Chipiona, nuestra playa de ensueño, siquiera porque para llegar a ella hay que pasar por el Campo del Betis; y en la que es imposible ser asocial, que hay más miarmas en El Muelle, que en las aceras sin toldo de la ciudad post-Espadas. Con Zoido vivíamos mejor...

Suerte que, ocupados con la distancia social, los ingleses todavía no han descubierto la Virgen de Regla, cuya estampa guardan nuestras carteras y hasta alguna carpeta de algún pleito. Ten claro que no hay amor más puro que alguien pida por ti a la orisha negra.

En fin, que en este nuestro país, en el que hasta Messi nos abandona sin un “adeu” de despedida a sus afligidos catalanes, lo que sobran son cámaras y lo que falta chicharrones de atún.