MIEL: MIs ELecciones

Cada día, nos alimentamos de nuestras decisiones y si somos lo que comemos, me aseguraré de que lo que baje por la garganta de mi existencia sea MIEL pura, esto es, MIs ELecciones auténticas

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10 mar 2018 / 22:14 h - Actualizado: 10 mar 2018 / 22:15 h.
  • MIEL: MIs ELecciones

La elección es la pluma de la libertad, con ella se escriben las líneas más apasionantes de la historia de tu vida. No te preocupes, no te quedarás sin tinta; es una especie de pluma perpetua, la única forma de que no te deleites con sus líneas es que decidas deliberadamente no coger la pluma (lo que sería una lástima porque, si no la coges tú, otros escribirán por ti).

Hace unos días mi padre me sorprendió con un tarro de miel milflores pura, de esta que casi puedes masticar porque está cristalizada y sabe... ¡madre mía, como sabe! ¡esta buenísima! Esta mañana endulcé mi té verde con una cucharadita de este magnífico elixir, sabía a infancia, a campo, a artesanía y te daba un calorcito en la garganta... en dos palabras: me encanta, y en ese momento de Nirvana matutino vino a visitarme un pensamiento genuino, MIEL: MIs ELecciones.

Cada día, nos alimentamos de nuestras decisiones y si somos lo que comemos, me aseguraré de que lo que baje por la garganta de mi existencia sea MIEL pura, esto es, MIs ELecciones auténticas, sin adulterar, sin mezclar con la glucosa de las intenciones ajenas... Esta es la forma de conservar el sabor vital, de hacer que la jornada se sienta plena y de no ponernos en plan ballena con los kilos de preocupaciones que corresponden a otras mentes y corazones.

En uno de mis libros favoritos, Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, su autor, Stephen Covey comenta: «La libertad de elegir incluye los privilegios que nos singularizan como seres humanos. Además de la autoconciencia, tenemos imaginación (capacidad para ejercer la creación en nuestras mentes, yendo más allá de la realidad presente). Tenemos conciencia moral (una profunda percepción interior de lo que es correcto o incorrecto, de los principios que gobiernan nuestra conducta, y de la medida en que nuestros pensamientos y acciones están en armonía con dichos principios). Y tenemos voluntad independiente (capacidad para actuar sobre la base de nuestra autoconciencia, libres de cualquier otra influencia)». Estoy de acuerdo con el Señor Covey, tomar MIEL, MIs ELecciones, nos define como personas, es inherente a la condición humana y traza una curiosa VÍA:

Voluntad independiente: Es la habilidad de ordenar nuestro comportamiento en la dirección que consideremos más adecuada, para ello es indispensable tener varias direcciones sobre las que decidir. Sinónimo de resistencia, la voluntad es una herramienta firme que nos ayudará en la consecución de nuestro propósito (para lo cual, es indispensable tener uno). Tu voluntad es tuya, no permitas que ninguna otra influencia la sustituya; elige con sabiduría y tu voluntad será una buena guía.

Imaginación: la imaginación da vida a la realidad de elegir conjugándola en gerundio: inventando, ideando, soñando... La imaginación es activa, nos empuja a crear y a descubrir y esto es posible porque nuestra mente sabe que no es cierto eso de «¡las cosas son así!» sino que las cosas son como somos, es decir, son como decidimos que sean, pues incluso ante las realidades más complicadas, tenemos la capacidad de elegir nuestra actitud ante ellas.

Autoconciencia: MIs ELecciones hacen que tome conciencia de mí misma; MIs ELecciones hacen que valore más mi propio criterio, que me de cuenta de que la vida ¡es dinámica! y para no quedarme estancada cuento con el remo de MIs ELecciones.

Hay gente que tiene MIedo a DEcidir, ¿te ha pasado? ¿quizás el MIedo a DEcidir te MIDE? no permitas que la medida de tu carácter quede determinada por la influencia de tus temores porque así... ¡no disfrutarás de la MIEL pura de milflores!

A diario construyo mi vida con los ladrillos de MIs ELecciones. Elegir es equivocarse pero también avanzar; elegir es renunciar pero también conquistar; con la MIEL se rompe el ayuno vital de vivir anclado en el «no sé» (pues una persona dubitativa, ¡al beneficio no cautiva!) y, sobre todo, quien se alimenta de MIEL, se garantiza que a sí mismo es fiel.