Esta va a ser la primera Cuaresma íntegra en la pandemia. El año pasado, sí pudimos disfrutar de unas pinceladas que son las que alimentas nuestros recuerdos de un año para olvidar.
Pudimos ver algunos ensayos y disfrutar del Señor de la Salud, de la Hermandad de los Gitanos (dicho ahora suena a premonición) antes del encierro total.
Hoy no sentiremos físicamente la señal de la Cruz en la frente, pero sí cargaremos con ella durante estos días que nos retrotraerán a un pasado no tan lejano donde nuestro principal problema eran los horarios. Hasta esas discusiones banales echaremos de menos.
Aunque no lo parezca, ya estamos en el barrio. Los kilos están haciendo mella en todos nosotros, pero sólo es una chicotá más, sólo una para que acabe esta estación de penitencia que se ha alargado más de la cuenta.