Los medios y los días

Ministro Garzón: ¿y si sí?

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09 ene 2022 / 04:00 h - Actualizado: 09 ene 2022 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Ministro Garzón: ¿y si sí?

Ya sólo falta que el ministro Alberto Garzón se pegue a sí mismo porque todo el mundo le da bofetadas incluyendo al gobierno del que forma parte. Bueno, tal vez la SER lo defienda que para eso va de progre y tiene en los progres a su audiencia mayoritaria porque es la defensora del vulnerable y el oprimido por la derecha mercantil de la que, por cierto, la SER forma parte, pero ya se sabe que esto es sólo un juego de mercado para vender mensajes. Si el ministro Garzón no tuviera encima el manto protector del PSOE -de este PSOE tan especial pero que gobierna- y poseyera el carisma y los conocimientos de Julio Anguita otra información le cantaría hasta acabar con él.

Dicho lo anterior, a mí me interesa también otro asunto. Al señor Garzón le dicen de todo menos bonito, salvo sus leales. Pero, ¿y si sí? ¿Y si tuviera razón en lo que dice? Porque es que veo que la mayoría de sus críticos miran más por los votos, por el sistema de mercado al precio que sea, por su anticomunismo, que por comprobar por sí mismos si lo que dice el ministro es cierto o hasta qué punto es cierto, utilizando para ello a analistas, técnicos e investigadores imparciales.

Me coloco todo lo que puedo en el lugar del ministro y me doy cuenta de que estoy ante un muchacho voluntarioso, que no se equivoca en todo lo que dice si es que deseamos ver el asunto desde su posición de comunista; únicamente debería velar sobre en qué forma y de qué manera “vende” sus ideas a la sociedad y, por ejemplo, callarse eso de la carne de mala calidad que supuestamente exportamos. Garzón no está en el contexto de la toma del Palacio de Invierno ni cuando Mao o Fidel lanzaron a tomar viento el capitalismo para instaurar otro régimen que igualmente se está yendo a por uvas poco a poco. Como comunista, Garzón sabrá que gobierna pero no manda y que su partido es una miajita de ná al lado de otros partidos y de los que de verdad mandan. Si Garzón se pasara mucho tendría que irse a su casa porque el mercado tiene la obligación de defenderse de gente como él, como él, si de verdad mandara, tendría la obligación de defenderse con todo lo que pudiera de quienes desean guillotinarlo. Así es esto por duro que parezca.

A ver, ¿qué quiere el ministro de consumo que es comunista pero que se encuentra frente a lo que un comunista repudia, la sociedad de consumo capitalista y codiciosa? Regular el juego para que se acabe la adicción entre los menores porque los mayores adictos tienen difícil solución. Muy bien, es que esos negocios tenían que estar cerrados o controlados al cien por cien, es que no todo vale para ganar dinero. Menos juegos de apuestas y más filosofía y más ciencia, menos juegos de apuestas y más carga espiritual en la sociedad, más juegos para aprender de los grandes cerebros gracias a los cuales estamos vivos y sabemos más cada día. Ahora bien, ¿es posible acabar con estos negocios en una sociedad mercantil? No, tendrá que ser la gente la que acabe con ellos como es la gente la que ha acabado con otras costumbres. Pero un ministro de consumo comunista tiene la obligación de llamar la atención y contribuir a eliminar toda esta actividad que se presenta como empresa para insulto de las auténticas empresas.

También es obligación de un ministro comunista evitar que los niños y la población en general pero los niños en especial, se “envenenen” con productos con mucha azúcar y los padres deberían aplaudir al ministro por sus buenas intenciones, que es una vergüenza que en un país donde la dieta mediterránea es patrimonio inmaterial de la UNESCO los niños coman tanta porquería. Igualmente, un ministro que desee otro mundo mejor debe cargar contra la contaminación por pequeña o grande que sea, si está convencido de que procede de nuestro excesivo consumo de carne o de las granjas esas inmensas instaladas en terrenos rurales. ¿O es que un ministro no va a poder proyectar sus deseos y se va a ver obligado a tener que sumarse a la espiral del silencio, ésa que, por otra parte, desean imponer unos y otros, sean de derechas o de izquierdas? El señor Casado tiene todo el derecho del mundo a montar una cruzada contra Garzón y sus opiniones sobre la carne como un ministro está en el deber de expresar lo que él estime conveniente para logar avances en el mundo aunque sean pequeños.

Lo que no sé es si el ministro ha empleado la suficiente diplomacia con el tema ya que no está en Rusia en 1917 ni en China en 1949 ni en Cuba en 1959. En su situación, creo que debe sentarse a menudo con las personas que se ven perjudicadas por sus declaraciones y tirar de mucha más diplomacia y paciencia para mejorar las cosas. Si no le hicieran caso sería el momento de legislar y de no callarse que para eso lo han sentado ahí los electores que lo han votado.