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Monchi, en la sala de prensa junto a una foto en la que se celebra uno de los grandes éxitos conseguidos. / Manuel Gómez
Del todo punto lógica la consternación existente entre el sevillismo por la anunciada y de momento frustrada marcha de Ramón Rodríguez Verdejo, ‘Monchi’, la piedra angular en la que se han cimentado los éxitos de los recientes años, en especial los de la última década, justo desde que en 2006, por estas fechas, amagara también con irse al Almería en vísperas de la vuelta copera ante el Schalke 04, el gol de Puerta y todo lo que vino a continuación. Nueve títulos, dieciséis finales... gloria para dar y repartir entre varias generaciones de sevillistas que llevaban décadas ayunos de éxitos y que están viviendo, sin duda, los años más florecientes de su larga y centenaria historia.
El Sevilla FC es hoy por hoy un club bien estructurado y muy profesionalizado, en el que ni la marcha de una figura clave como Monchi –ya se fue antes José María del Nido, otra pieza fundamental, y los triunfos siguieron– debería poner en peligro la continuidad del exitoso proyecto y su consolidación entre los grandes del fútbol español y europeo. Pero como como bien señala @CapitanAdobo en twitter, ‘Que Monchi deje el Sevilla es como si Blanco Cerrillo deja de poner adobo’. Puede que el futuro sea incluso mejor, aunque el listón está altísimo, pero nunca será lo mismo.
Con la nota que hizo pública anoche el Sevilla FC, el problema se aplaza, pero no se resuelve. El club dice que Monchi dice que «seguirá trabajando con la misma intensidad y profesionalidad de siempre», pero Monchi, de momento, no dice nada. Y da la impresión de que esto no va a acabar así. El director deportivo se mantuvo firme durante todo el día en su intención de irse y parece que tiene una gran oferta detrás, aunque para aceptarla deberá pagar 5 millones de euros. Hace diez años estuvo a punto de marcharse porque Del Nido le quitó la comisión que tenía en su primer contrato por cada plusvalía de jugador que vendiese, que las hubo muy millonarias, aunque luego se echó atrás (le subió el fijo). Ahora habrá que estar atentos a los pasos que da Monchi, y a los que pueda dar luego Unai Emery, que debe estar siguiendo todo este proceso con honda preocupación. Y no es para menos, pues su futuro y el del Sevilla es el que está en juego.