La vida del revés

‘Mórfico, mórfico, mórfico’ o la muerte de los mayores

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06 jun 2020 / 14:42 h - Actualizado: 06 jun 2020 / 17:16 h.
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Cinta Pascual Montañés, presidenta del Círculo Empresarial de Atención a Personas, se presentó en la Comisión del Congreso de los Diputados y dejó las cosas muy claras. Y muy crudas. Y muy dolorosas.

Escuchar lo que dijo causaba vergüenza, indignación, miedo, una pena profunda. Y pone en duda nuestra condición como seres humanos.

Si es cierto lo que decía esta mujer (y todo indica que lo es a la luz de la documentación que ha podido aportar), no hemos sido capaces de cuidar de nuestros mayores. Ni bien ni mal. Y, es necesario recordar, que estamos aquí gracias a ellos. Más de la mitad de los muertos a causa de la Covid-19 han sido personas mayores y muchos abandonados a su suerte (médica) en una residencia.

Decía la señora Pascual que era espantoso ver cómo un médico señalaba a los ancianos enfermos y decía que eran mórficos. O sea, no había nada que hacer. Solo morfina para evitar un final doloroso. Y con solo pensarlo, efectivamente, debía ser un horror.

Del mismo modo que no supimos ver lo que nos venía encima en forma de pandemia, no hemos sabido ver lo que iba a suceder con nuestros mayores. No voy a decir que sea culpa de todos que nuestros abuelos hayan muerto solos, olvidados e indefensos (eso es responsabilidad de los políticos que enviaron ‘por error’ protocolos abominables como ocurrió en Madrid y que mandaba al cementerio a miles de personas o los políticos que prometieron hacer una gestión maravillosa y no han movido un dedo. ¿Recuerdan a Pablo Iglesias anunciando que él personalmente se hacía con los mandos?), pero sí es culpa de todos que tengamos un mundo como el que tenemos. Hay que pensar en alternativas, hay que pensar en cómo podemos cuidar unos de otros dando prioridad a los más débiles.

Si con este escándalo no empiezan a dimitir, uno detrás de otro, los políticos implicados estaremos constatando que el gran problema de España es su clase política. Isabel Díaz Ayuso consintió el envío de un protocolo criminal; Pablo Iglesias se hizo cargo de la gestión de las residencias de mayores durante la pandemia. Estos dos ya tenían que estar en casa. Aunque será difícil que dimitan. Ya buscarán razones para culpar a otros de su gestión desastrosa. Tiempo al tiempo.

Una última cosa. Mientras las residencias de ancianos sean un negocio nada irá bien en situaciones extremas y, si me apuran, de normalidad. Ni la salud, ni el cuidado de los ancianos, ni la educación, pueden ser un negocio.

Y una última pregunta. Si la señora Díaz Ayuso tuviera a sus padres en una residencia, ordenaría que no los llevaran al hospital si estuvieran contagiados por el Covid-19. Ya les respondo yo: no.