Mucha envidia y muchos mediocres

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16 dic 2018 / 11:52 h - Actualizado: 16 dic 2018 / 11:53 h.
  • Mucha envidia y muchos mediocres

Disfruto mucho, muchísimo, viendo el programa de Ru Paul, la drag queen más famosa del mundo y una de las personas que más han hecho por la visualización del colectivo gay y, sobre todo, por demostrar cosas tan importantes como que, el que el lado femenino y masculino que tenemos, pueden convivir en armonía o que uno tiene que ser lo que es, digan lo que digan y piensen lo que piensen los demás. Una auténtica “estrella” que ha convertido a su concurso para elegir a la mejor drag de América en una de las producciones que, para mí al menos, más aportan a la televisión actual pues, ya se sabe, como el sentido del espectáculo que poseen los estadounidenses, ninguno.

Claro que para eso hay que, primero, saber reconocer el talento y ser conscientes de que, lo bueno, no solo tiene un precio sino, sobre todo, debe tener un lugar algo que, en España al menos -la tierra donde, ya decía Valle Inclán, “la envidia es el pecado nacional”-, se echa en falta. Por eso los mejores se terminan yendo fuera, como le ha pasado a mi querida Angelita La Perversa, drag sevillana que ha estado viajando por todo el mundo durante varios años con la carpa del gran cabaret “El circo de los horrores” y que es, sin duda, una de las versiones “made in Spain” más similares a la mencionada Ru Paul.

Pionera aquí, junto a La Prohibida, grabando canciones como drag, impecable cada vez que se sube al escenario, con una cultura y preparación muy destacables, Angelita -que ayer celebró su cumpleaños- tiene demasiada calidad para un país donde a demasiados mediocres les molesta quienes son buenos de veras y donde, como consecuencia, se le rinde cultura a lo friki y a lo feo. Triste pero, lamentablemente, muy cierto.