La Tostá

Nadal o la máquina con sentimientos

Image
Manuel Bohórquez @BohorquezCas
07 nov 2020 / 08:30 h - Actualizado: 07 nov 2020 / 08:39 h.
"La Tostá"
  • Nadal o la máquina con sentimientos

TAGS:

Lo lógico es que uno ame a su país y que esté siempre dispuesto a hacer cualquier cosa por él. Incluso si tu país te maltrata a veces, como una mala madre o amante, y le importa un pimiento si te pudres o no. Jamás he tenido una bandera de España en mi casa, que recuerde, ni pienso tenerla para ponerla en el balcón y presumir de español. Tampoco he dicho nunca, creo, eso de soy español, aunque me sienta orgulloso de que mi madre me pariera en Arahal, que es un pueblo de Sevilla, la ciudad más bonita de España con diferencia, capital de la región más hermosa y con más historia de nuestro país. Anoche vi a Rafa Nadal en el programa de Bertín Osborne y me sentí orgulloso de ser eso, español hasta el tuétano, porque es para sentirse orgulloso de ser del mismo país que este deportista de élite, el mejor tenista de todos los tiempos, sin duda, y además de una sencillez y sensatez increíbles. Alguna vez he leído críticas a Nadal y no he entendido muy bien por qué, siendo un ciudadano modélico. Es verdad que en este nuestro singular país no encajamos bien el éxito de los demás y el tenista es un triunfador nato, rico, guapo y feliz. Podría vivir donde le diese la gana, en cualquier parte del mundo, y sigue en Manacor, su pueblo, que por cierto es de una hermosura que embriaga los sentidos. ¿Para qué se va a ir a otro lado, aunque lo frían a impuestos, de lo que se ha quejado recientemente? De todo lo que dijo anoche me quedé con una frase: “Siempre se puede hacer un esfuerzo más”. Lo define como ser humano y deportista, porque nadie le ha regalado nada y todo le ha costado sudor y lágrimas. Escuchándolo, y basándome en la frase, siempre se puede ser un poco más español y no solo porque sea famoso y nos represente en el mundo entero, sino porque es muy auténtico: una máquina con sentimientos. Un hombre que no ha dejado atrás a su familia, que se casó con su novia de toda la vida y que sigue teniendo a sus amigos de la niñez como parte de su apoyo emocional -sosos, eso sí-, algo importante en un deportista de élite, a los que en ocasiones se les va la olla. Fue un mano a mano perfecto con Bertín Osborne, un tío simpático, espontáneo, natural y cariñoso, que logró lo que no es fácil: que el entrevistado se sintiera a gusto y sereno. No entiendo las críticas al cantante y presentador jerezano, porque es una delicia ver sus programas. Es de derechas, claro, y eso es un delito en nuestro país. Será que no les cuadra que un niño pobre de las Corchuelas sea de derechas y no estalinista. Un renegado, vamos.