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Calles abarrotadas de gente en la Feria de Abril. / EFE
Nada de Feria de Abril. Y, posiblemente, la Semana Santa de 2021 ya esté perdida también. Esto era algo más que probable y ni siquiera la llegada de las vacunas ha podido remediar. Solo el 30 por ciento de la población estará vacunada en esos momentos y eso significa que el riesgo de contagio sería extraordinario.
Al menos nos libraremos de las cantinelas que llevamos escuchando desde el principio de la pandemia. ¡Salvemos el verano! ¡Salvemos la Navidad! Cantinelas absurdas puesto que lo que deberíamos pensar es en salvar vidas humanas.
Ahora, ya sabemos que no hay nada que salvar en Sevilla hasta el mes de mayo. Otra cosa es que desde la Junta de Andalucía y desde el Ayuntamiento de Sevilla intenten echar un cable a los cientos de empresas que se verán seriamente afectadas por esta medida tan triste y tan necesaria al mismo tiempo. Se debe encontrar una solución a un desbarajuste económico que se cifra en 800 millones de euros en cada caso.
El turismo en Sevilla es una fuente de ingresos fundamental. La Feria de Abril y la Semana Santa suponen un reclamo extraordinario para los turistas. Y la única forma de acabar con esta sangría es acabar con el virus. Si hacemos lo mismo que el pasado verano tendremos como resultado un turismo muy escaso y gente en los hospitales o, lo que es peor, muriendo en los hospitales. Hay que acabar con este asunto lo antes posible para que las cosas puedan funcionar. Cualquier parche no deja de ser eso, un parche. Y el horno ya no está para más bollos.
No relajar las medidas de protección individual ni colectivas. Vacunación masiva. Y seguir con la búsqueda de la cura de la Covid-19. Es el único camino posible.