Ni Sánchez ni Iglesias irán al funeral, pero con Franco quisieron estar en ‘prime time’

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no quieren que se les relacione con los 45.000 muertos que deja esta pandemia. Sí quisieron multitud de fotos y titulares con la exhumación de Franco. Más desvergüenza es imposible

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06 jul 2020 / 17:58 h - Actualizado: 06 jul 2020 / 18:35 h.
"Opinión","Coronavirus"
  • Un momento de la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco. / EFE
    Un momento de la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco. / EFE

A mí tampoco me gusta pensar que los muertos a causa de la Covid-19 alcanzan la fatal cifra de 45.000. Quisiera que fueran media docena. Pero la verdad es la que es. Gustará más o menos, pero no hay dos. Aunque el ministro de Sanidad insista en que han sido (hasta ahora) 28.388, lo cierto es que la cifra llega a 45.000. Según las funerarias, los registros civiles y el observatorio correspondiente, no hay dudas.

Me da lo mismo si han sido víctimas del coronavirus, si han muerto porque no fueron al medico a tiempo a causa del miedo, si después de quince días de salir del hospital han sufrido una trombosis que ha acabado con ellos. Me da igual, francamente. Lo único que alcanzo a imaginar es el sufrimiento de miles de personas que han tenido que llorar la muerte de sus seres queridos a distancia, que han recibido unas cenizas y han tenido que fiarse de lo que les decían, que no han podido despedirse en el último momento de la enfermedad de su madre, padre, hermano o hija. Me da igual la razón exacta porque detrás siempre está la pandemia.

Lo que está sucediendo es una tragedia. A pesar de que las imágenes que vemos en los televisores nos muestran fiestas de todo tipo, playas abarrotadas o terrazas con más mesas que hace un año; en el mundo entero se sigue viviendo una tragedia descomunal.

Pues bien. Al funeral que se va a celebrar en la catedral madrileña de La Almudena por el alma de los 45.000 muertos no asistirán ni Pedro Sánchez ni Pablo Iglesias. Seguramente, ambos quieren ahorrarse los abucheos garantizados por su gestión. Y es que ha sido calamitosa; se han acumulado todos los errores posibles. Iglesias, además, no asistirá porque los territorios de Dios le pueden restar votos. Su tacticismo y su arrogancia ante todo lo que no es cosa suya es lesiva y tóxica.

La indecencia de nuestros gobernantes provoca náuseas. Montaron un numerito de primera clase al exhumar a Franco y eso está bien. Televisión, helicópteros y despliegue humano de cientos de personas. La televisión pública ofreció, también, el funeral de George Floyd. Muy bien. Pero, ahora, no van ni el presidente ni el vicepresidente segundo al funeral por nuestros compatriotas ni permiten que se televise. Quisieron que se les relacionase con los restos de Franco volando en helicóptero y no quieren tener nada que ver con los 45.000 muertos que estaremos llorando durante décadas. Pero, aunque ese sea el plan, ya veremos cómo cuentan esto en los libros de historia pasados unos años.

No cabe mayor desvergüenza, ni mayor humillación a los españoles. Lo de estos dos sujetos ni tiene límites ni es posible de explicar con palabras que no traspasen la frontera del buen gusto.