El PSOE ha expulsado a Nicolás Redondo de su partido, del partido al que ha pertenecido casi antes de nacer, por “reiterado menosprecio a las siglas”. Pues nada, sus razones tendrán y no voy a entrar a juzgar la decisión. Pero sí me asalta una duda importante: si se han cargado a Nicolás Redondo por menospreciar las siglas del PSOE ¿cuándo van a expulsar a Pedro Sánchez y a la caterva de socialistas de palo que tiene a su alrededor? Porque ni uno, y cuando digo ni uno me refiero a todos sin excepción y sin abusar de la exageración, son socialistas que ni saben qué es ni qué representa el PSOE en la historia de España. Debería avergonzar a este grupo de políticos, que se dedican a que el gran líder siga en el poder para seguir ellos chupando del frasco, cómo están dejando un partido político histórico y fundamental, cómo están pisoteando la memoria de todos aquellos compañeros que perdieron la vida durante casi ciento cincuenta años para que ellos puedan ejercer sus derechos como ciudadanos libres. Debería.
Me pregunto si algún socialista de verdad vota al PSOE o si los que votan socialista saben algo del partido.
Todos los políticos quieren seguir en el poder y todos los que les rodean quieren lo mismo para poder subsistir. Eso de que nunca antes se ha visto tanta ansia por ocupar un despacho es falso. Todo hay que decirlo. Lo que esta vez cambia es el precio que va a pagar un pueblo entero para que eso pueda suceder. Personalmente, me considero humillado al ver cómo se está pactando (lo que sea porque si estuvieran discutiendo el precio de un quilo de arroz me sentiría igual) con un partido político que acumula una cantidad de votos irrisorios, un partido en el que se encuentran los catalanes que quieren separarse de España porque odian el país y lo que representa, porque odian a los españoles. Me parece humillante que se pacte con un sujeto que es un delincuente. Sí, es un delincuente por más que vista traje de chaqueta. Hay que recordar que este tipo y sus secuaces llevaron a un extremo peligrosísimo su delito y pusieron en peligro la paz de toda la nación. Es un sinvergüenza y todo el que quiera pactar con él pierde buena parte de la suya. Y, por cierto, también está pactando con los mismo que amenazaban a Nicolás Redondo con pegarle un tiro. También con esos.
Nicolás Redondo ha sido expulsado de su casa porque ya no es su casa. Es la buena noticia. Nicolás Redondo no merece pertenecer a un grupo que está liquidando lo que ha sido el socialismo español. Si le hubieran expulsado del PSOE (el de verdad) la cosa sería otra. Y, aunque le cueste creer a Pedro Sánchez que a él ya le pondrán en la calle de una forma más o menos brusca, más o menos elegante, le pasará con el tiempo. Espero que sea para volver a ser lo que se era. Y espero que sea pronto.