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Los medios y los días

No esperemos mucho de 2021

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02 ene 2021 / 04:00 h - Actualizado: 02 ene 2021 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • EFE
    EFE

Cuántas lamentaciones por el año 2020. Era un número bonito que, como todos los números de todos los años, no regresará jamás. Sin embargo, lo hemos visto empañado por lo que todos sabemos. Una prima hermana mía murió en el hospital de Bormujos por complicaciones con el virus de por medio. Murió de madrugada, ni pudimos despedirnos de ella, estaba en una residencia de Espartinas, en la misma donde falleció Manolita Chen antes de la pandemia. Por fortuna, los últimos recuerdos que conservo y conservaré siempre de mi prima hermana son en unas comidas familiares domingueras en Villanueva del Ariscal, en una casa de campo familiar, donde nos arrancábamos por Juanito Valderrama que a ella le gustaba tanto. Su hijo la tenía muy mimada y cuando, frecuentemente, iba a verla a la residencia la sacaba por ahí, a veces la traía a la casa de campo pero nunca la privaba de llevarla a ver el monumento a Juanito Valderrama en Espartinas y no sólo eso sino que le daba varias vueltas con el coche a la rotonda que lo rodea para que mi prima viera bien a su ídolo. “Chiquillo, ¿qué estás haciendo?”, le decía al hijo.

En 2020 también murió Dolores Abril, se nos fue ya del todo la pareja que se peleaba de broma en televisión, cantando. Espartinas, como Villanueva, es entrañable para mí, llevo desde los cinco años, aproximadamente, vinculado a esa zona del Aljarafe. Juanito Valderrama y Dolores Abril se asentaron allí y ahora me acuerdo de una actuación del hijo de ambos, Juan Valderrama, en el Altozano, durante una Velá de Santiago y Santa Ana, cómo la disfruté. No es que me tiren mucho ni el flamenco ni la copla pero comprendo la valía que tienen, en tres versos el flamenco resume un ensayo de existencialismo y las coplas son novelas auténticas, a veces culebrones, no me extraña que a Serrat le gusten tanto, letras magnificas de Quintero, León y Quiroga, a los que Joaquín Sabina cita en una de sus canciones, para quitarse el sombrero, reales como la vida misma, con contenidos que se han estudiado en la universidad tanto desde el punto de vista filológico como psicológico. Una vez hablé aquí mismo de Gracia Montes y de su canción Poema de mi soledad. Gracia Montes que por cierto andaba pachucha pero parece que se recupera, el caso es que la tenemos con nosotros aún y eso ya es un premio para todos los amantes de lo estético.

Espartinas es para mí, sobre todo, José Luis Núñez, su poeta, que murió joven, recuerdo muy bien su muerte, fui con mi amigo el poeta y novelista Emilio Durán a verlo al hospital, allí estaban sus amigos los también escritores y poetas Joaquín Márquez y Alejandro Fernández Cotta, al poco tiempo murió y como paso a menudo por la puerta de la casa de Espartinas donde una placa recuerda que nació allí, no puedo evitar recordarlo, eso al margen de que su hija Belén, poeta igualmente, tiene el detalle de llamarme de vez en cuando.

Se ha llevado 2020 por delante a mucha gente conocida y a mucha más anónima y hemos recibido numerosos deseos de que 2021 sea mejor y de que 2020 se vaya a los infiernos. Sin embargo, yo estoy mentalizado para un 2021 muy similar a 2020, la vida como antes no llegará tal vez hasta 2023. Para consolarme, pienso que exageramos, que hay cientos de millones de personas en el mundo que desde hace decenios llevan soportando años como 2020 y mucho peores y ahí siguen, por esos mundos de Dios, no siendo dueños de sus vidas porque otros se las han arrebatado. Y entonces, a pesar de este 2020 que acaba de irse, me siento un afortunado aunque pueda morir dentro de un momento o mañana mismo.