La Tostá

Nos están volviendo locos

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
24 nov 2020 / 08:01 h - Actualizado: 24 nov 2020 / 08:02 h.
"La Tostá"
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Veo a la derecha en pie, en el Congreso, gritar “¡Libertad, libertad!”, y me quedo un poco turulato. Luego escucho hablar a Otegi de la “democratización de España”, con ellos, y ya no es turulato sino espantado. Ya lo intentaron hace años con el tiro en la nuca y las bombas lapas y cuando al fin llegó la democracia siguieron matando, pero más todavía y con más locura. ¿Irán en serio ahora? Cuando el Gobierno los está blanqueando, es posible. Sánchez e Iglesias saben algo que no sabemos los ciudadanos y a lo mejor Otegi va a acabar pidiendo perdón de rodillas y ayudándonos a que por fin seamos un país democrático. Luego vendrá la III República y esto va a ser la repera limonera: se acabaron los problemas en España. No nos ha ido nunca bien con las repúblicas, recuerden. La primera, la de 1873, duró solo once meses y tuvo cuatro presidentes, todos ellos del Partido Republicano Federal. Duró hasta que se le hincharon los cataplines al general Pavía, que dio un golpe de Estado en enero de 1874, entrando en la dictadura de otro general, Serrano. Fue, según Pérez-Reverte, una verdadera casa de putas. Y la Segunda, la de 1931, acabó como acabó en solo cinco años, con otro golpe de Estado, el de Franco, en julio de 1936, lo que nos trajo una guerra civil de la que aún estamos queriendo salir. ¿Quién nos dice que la nueva República sería la definitiva, la buena? Pudiera ser que a la tercera fuera la vencida, nunca se sabe. Sánchez actúa ya como si fuera el presidente de la República e Iglesias como el primer ministro.

Todo esto es un ensayo, está claro. Si en seis o siete meses no acaban matándose por la espalda el uno al otro podemos abrigar la esperanza de que la nueva República sea como si nos tocara la Lotería de Navidad. Un amigo mío muy rojo y sin idea de nada piensa que en las repúblicas mandan los buenos, o sea, los obreros. El ingenuo no sabe que pueden ser presidentes de la República Santiago Abascal o el Pantojito, si al final monta un partido con Pitingo y Rosalía. ¿Se lo imaginan? Vale, pongámonos serios. Es verdad que los españoles no tenemos arreglo, pero alguna vez tendremos que ser optimistas. Ayer leí una cosa que me abrió la mente: alguien dijo que Echenique era la esperanza de la nueva izquierda española, y que sus condenas judiciales nos van a privar de un líder seguro y con los pies en el suelo. Si esto era en serio, creo que ha llegado la hora de que enterremos el hacha de guerra de una vez por todas y que confiemos en la buena voluntad de Sánchez, Iglesias y Otegi. Creo que estamos arruinados y que vamos al pozo porque no acabamos de ver a estos tres como la tabla de salvación. El vasco democratizando, el del Falcon como adalid de la verdad e Iglesias haciendo por primera vez una política de izquierdas desde su modesto piso de Vallecas, son lo que España llevaba siglos buscando. Los Chichos de la gobernanza. Como además tenemos ahí a Ábalos, dicharachero donde los haya, y a Errejón, que es la auténtica voz de la experiencia, nos ha tocado el Gordo de Navidad. Nos están volviendo locos, pero hoy comienzo a ver por fin la luz al final del túnel. Libertad y República.