La Tostá

¿Nuevo amaño de concurso en Cultura?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
26 may 2022 / 09:28 h - Actualizado: 26 may 2022 / 19:29 h.
"La Tostá"
  • El bailaor granadino, Manuel Liñán (d) durante el ensayo general de la obra "Cámara Negra". EFE/Juan Ferreras
    El bailaor granadino, Manuel Liñán (d) durante el ensayo general de la obra "Cámara Negra". EFE/Juan Ferreras

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Conforme a lo habitual, la Junta de Andalucía sacó a concurso público en marzo la convocatoria del ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife. Convocatoria 2022 que finalmente adjudicaron al bailaor y coreógrafo granadino Manuel Liñán. Al ser el resultado muy ajustado, el segundo clasificado (SEDA), una potente distribuidora madrileña, decidió impugnar el concurso y solicitó que se le facilitara la documentación, como en el caso del concurso de la Dirección del Instituto Andaluz del Flamenco (IAF), que ganó Cristóbal Ortega con un presunto traje a medida. Como se negaron en un principio en la Junta a darle la documentación a SEDA, su gabinete jurídico se puso a trabajar, logró la documentación con mucho esfuerzo, acudieron a los tribunales y han ganado el recurso, con sentencia ya firme. Por tanto, Manuel Liñán fue apeado porque había irregularidades en su documentación aportada para dicho concurso.

Pero lo verdaderamente grave, además del presunto nuevo traje a medida que se intentó hacer, es que la Junta pusiera tantos problemas para entregar la documentación solicitada al segundo clasificado, sin duda para que la empresa madrileña desistiera en su empeño y se olvidara del asunto. Es lo que pasa cuando el reclamante no tiene recursos económicos, que no es el caso de esta distribuidora de espectáculos. Recuerden que ya pasó con Antonio Canales en el concurso público para la dirección del Ballet Andaluz, con Ricardo Pachón -otro traje a medida para el IAF-, y con la exdirectora Mariángeles Carrasco, que recurrió su despido, ganó el juicio y como si nada. Como no ha podido coger aún su antigua plaza en el IAF, está en el Ballet Flamenco de Andalucía y pendiente de un nuevo juicio.

Así se las gastan en la Junta, pasándose la Justicia por el forro de sus caprichos. No es de extrañar, pues, que muchos artistas del flamenco y compañías modestas decidan no acudir a concursos públicos andaluces en los que saben de antemano que no tienen nada que hacer. Sigue funcionando el dedazo, ahora disfrazado de concurso público, que es mucho peor que antes, cuando podían nombrar director del Centro Andaluz del Flamenco a Segundo Falcón o Calixto Sánchez por capricho de alguna consejera o consejero de la Junta, llámese Carmen Calvo o Enrique Moratalla. Pensábamos, de verdad, que los de ahora venían a limpiar y hacer las cosas de manera distinta, pero parece que no.