Viéndolas venir

Nunca existió tanto Teruel

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Álvaro Romero @aromerobernal1
07 ene 2020 / 08:10 h - Actualizado: 07 ene 2020 / 08:12 h.
"Viéndolas venir"
  • Congreso de los Diputados. / EFE
    Congreso de los Diputados. / EFE

Ni los amantes de Teruel hubieran imaginado tanta focalización sobre esa tierra vaciada que representa el desequilibrio histórico, en tantos sentidos -no solo en el demográfico-, en esta España que siempre se acuerda de Santa Bárbara cuando truena. Desde el Congreso de los Diputados se puede muy bien ir a Teruel en bici, o andando, o jugándose la vida por carreteras de otra época, pero sus señorías no lo han hecho porque seguramente pensaban que Teruel no existe. Pero sí. Se han dado cuenta de que la leyenda es cierta porque ha aparecido por allí un diputado cuyo voto vale como el de los demás. Extraña y exactamente lo mismo. Más de uno desearía que no, pero la democracia en general, y la democracia representativa, es lo que tiene. Irritante matemática. Álgebra severa que casa mal con el razonamiento de las élites.

El caso es que Teruel ha conseguido existir no solo por haber colado un diputado en las Cortes, sino porque las Cortes dependan finalmente de ese diputado. El protagonismo que ha adquirido en los últimos días -y hoy puede ser el último- el disputado voto del señor de Teruel se nos antoja a estas alturas de las tensas votaciones con los reyes de por medio una metáfora dura (y pura, también pura) de esa falta de comprensión democrática de la que adolecen tantos diputados a los que, sin embargo, les duele tanto España. El patriotismo es lo que tiene.