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Los medios y los días

¡Oh!, ¡trabajar en un banco!

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14 jun 2021 / 04:00 h - Actualizado: 14 jun 2021 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • ¡Oh!, ¡trabajar en un banco!

Desde mis primeros años de juventud, y no sé si antes, le oía decir a mi familia que a ver si cuando fuera mayor me podía colocar en un banco. Había un señor potentado, amigo de la familia, que tenía por consiguiente muchos contactos bancarios y se supone que ese caballero podría echarme una mano para que fuera un hombre de provecho, empezara a ganar mi dinerito, luego más dinerito, luego la novia, la boda, la vivienda, los hijos, nietos y muerte; listo, cerrado el ciclo vital, eso era todo. Mi mujer me lavaría los calzoncillos y mis hijos vivirían aún mejor que sus padres. Todo estaba muy previsto en aquellos tiempos en los que uno se colocaba con 18 años en Telefónica o en el Banco de Andalucía y allí se jubilaba, no se necesitaban tarjetas de visita, ahora se pueden coleccionar varias de la misma persona en toda su vida según va cambiando de empresa porque hasta se ve con malos ojos dedicarse siempre a la misma. ¡Cómo nos han comido el coco y cómo nos ha comido el Coco!

Pues ya ven el balance. Vivíamos en una burbuja y cuando explotó nos hemos topado con la otra vida que es la verdadera. En mis tiempos existía el Banco de Bilbao (BB, como Brigitte Bardot que era la auténtica BB para nosotros); existía el Banco de Vizcaya (BV) y luego Argentaria. Hoy -y digo hoy en sentido literal- tenemos el BBVA y no sabemos si mañana habrá que cambiarle el nombre porque lleguen otros bancos al club. En mis tiempos estaba el Santander, el Central, el Hispano Americano, que han pasado a llamarse BSCH, reducido todo a una palabra: Santander, con imagen roja mientras el BBVA es azul, como los nacionales y los rojos, PSOE y PP o como el Barcelona o el Levante. En mis tiempos pasados -que fueron peores que los actuales porque eran falsos- estaban las cajas de ahorros, una se llamaba Caja de Ahorros y Monte de Piedad, o sea, eso que en los momentos actuales está tan de moda, los microcréditos, ya existía y además se otorgaban con Piedad. Luego bastantes de esas cajas de ahorros formaron el club Bankia y su máximo responsable, Rodrigo Rato, está ahora en el banquillo de los acusados por estafa.

En mis días llega uno a un banco y el director de la sucursal -que suele ser directora por aquello de la igualdad- te saluda y hasta puede preguntarte por la familia. Antes no era así, el director de una sucursal era alguien que estaba al fondo del local, encerrado en un despacho, asequible sólo a los adinerados. Pues miren por dónde en cierta medida la cosa tiende a ser igual. Se llenan las sucursales de máquinas, se echa a la calle a unos miles de empleados y, si es que hay sucursal, allí sólo va a quedar el apuntador que le indique a los que tienen algo que invertir qué hacer con su dinero. La plebe, a la máquina digital, toquecito por aquí, toquecito por allá y listo: ya nos hemos convertido en cómplices de los que han decidido largar al paro a miles de empleados porque para eso nadie nos pide el voto de si sí o si no, ha llegado la tecnología y a ésa no se le tose, es un fin en sí misma.

Dicen los medios: “El economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso, ha apuntado a una «reducción generalizada» de oficinas bancarias en Andalucía y España debido al «sobredimensionamiento» del sector, a la digitalización impulsada con la pandemia de Covid-19 y al «cambio en la rentabilidad del sistema». Y no acaba ahí la cosa, lean: “gracias a la alianza con Veridas, ya desde 2016 dispone del servicio 'Alta inmediata' que permite a cualquier persona abrir una cuenta con el móvil con solo hacerse un 'selfie' y atendiendo a una videollamada. Además, recientemente BBVA ha integrado en su 'app' española FIDO (Fast Identity Online), un estándar de autenticación 'online' que refuerza la seguridad de los sistemas biométricos en los dispositivos móviles. Asimismo, la última versión de la aplicación móvil incorpora la opción 'Mis dispositivos seguros' con la que se podrá consultar el listado de móviles y tabletas a los que se ha dado permiso para acceder a ella a través de la huella dactilar o el reconocimiento facial”.

¡Toma ya! ¿Han visto? BBVA Research, Veridas, selfie, app, Fast Identity Online, sistemas biométricos..., ahí es nada. Me imagino a muchas personas mayores y menos mayores leyendo esto y diciendo que para dos días que nos quedan de vida cómo joden. Nada, nada, a venirse arriba, los comienzos son siempre difíciles y las generaciones más viejas venimos de situaciones peores, aquí mucho inglés pero al final todo es tentar pantallitas. Eso sí, aquel sueño de colocarse en un banco para ser feliz y una persona de orden se ha ido al carajo. Miren el BBVA, quería echar a más de 3.700 almas a la calle y al final, gracias a la presión sindical y de los trabajadores, se ha quedado en menos de 3.000. Sí, pero hemos tirado a la basura a menos de 3.000 personas que seguramente casi todas están en forma para seguir en el terreno de juego. Ah, se me olvidaba: nuestros hijos no viven mejor que nosotros sino peor.