Orgulloso del cine de Pedro Almodóvar

Será muy difícil que Antonio Banderas regrese a casa con el Oscar al mejor actor en la cartera. Y será muy difícil que la película de Almodóvar, «Dolor y Gloria», logre ganar el premio a la mejor película internacional. Será difícil aunque no es imposible. Si dependiese de los españoles sí sería una especie de sueño irrealizabe, pero la cosa se solucionará en Estados Unidos y allí la obra de Pedro Almodóvar no ha sido ni tan criticada, ni tan denostada, ni tan señalada, como en España.

Pedro Almodóvar es un realizador extraordinario. Nadie en España ha sido capaz de contar la España más incómoda como lo ha hecho él; nadie en España ha sido capaz de plantear la homosexualidad con la naturalidad que lo ha hecho Almodóvar en sus películas; ningún realizador español ha conseguido una estética tan contundente y tan personal como la suya. Nunca tantos espectadores se removieron en el asiento al ver esa zona de la vida que tan poco gusta. Solo los grandes son capaces de estar por encima de los problemas, de los ataques feroces de los sectores más reaccionarios de la sociedad, de los ataques estúpidos de críticos pagados de sí mismos. Solo los grandes pueden construir un universo tan enorme, tan bello y tan hondo, como es el de Pedro Almodóvar.

Antonio Banderas lo tiene casi imposible. «Dolor y Gloria» no lo tiene mejor. Aunque peor lo han tenido aquí, en casa. Solo hay que echar un vistazo a las críticas de las primeras películas de ambos, solo hay que seguir escuchando las lindezas que muchos dedican a Almodóvar y al cine español en general.

Me emociona que Pedro Almodóvar siga siendo reconocido en el mundo entero como uno de los grandes. Me emociona que la imagen de España esté ligada a su cine en muchos lugares del mundo. Sigue siendo una maravilla poder presumir de ser español gracias a un genio del cine.