La vida del revés

«Pablo Iglesias es un payaso». De Quinto es la antipolítica

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11 may 2020 / 12:55 h - Actualizado: 11 may 2020 / 13:18 h.
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  • Pablo Iglesias. / EFE
    Pablo Iglesias. / EFE

Marcos de Quinto ha publicado esto en su cuenta de twitter: «España está ante una de las crisis mas graves de su historia y no podemos permitirnos (como dice @GirautaOficial) estar a expensas de este payaso de vicepresidente que tenemos. Basta que la UE vea sus videos... O se hace un pacto entre partidos serios, o esto se va a pique».

El señor de Quintos parece dejar entrever que los políticos serios son él y unos cuantos más (seguramente, los más pijos y los que más empresas se han llevado por delante llenando sus cajas fuertes personales). No sabemos si considera serios a los que insultan a otros políticos o si son los que tienen mucho dinero o los que critican sin ton ni son o posan en las revistas con pinta de beata icónica para el nacionalcatolicismo más recalcitrante.

El señor de Quintos debería saber que los políticos serios (que forman parte de los partidos serios) no insultan. Pueden pensar lo que quieran, pero nunca lo dicen. Son más de pensar antes de hablar. Debería saber que los políticos serios aceptan otras formas de hacer política y arriman el hombro, sin pensarlo dos veces, si las cosas van rematadamente mal como ocurre hoy en día en España.

Es posible que Pablo Iglesias sea un mal político, un bluf de cabo a rabo, un arribista ambicioso que piensa en él y poco más. Es posible que Pablo Iglesias no tenga una sola idea en la cabeza que pueda servir para arreglar una mínima parte de lo que está pasando en España. Es posible que sea un político tóxico. Pero esto no lo puede decir un diputado del que es vicepresidente segundo del Gobierno de España. Por cuestiones éticas y estéticas.

Creo yo que el señor de Quintos debería llamar de inmediato a Moncloa para exponer su plan de salvamento. Creo yo que estarían encantados de escuchar. Porque ideas, lo que se dice ideas, por allí hay pocas. El señor de Quintos nos haría un favor a los españoles y nos ahorraría una dosis de lenguaje pandillero y barriobajero. Es decir, el señor De Quinto debería colaborar porque él lo tiene resuelto (el futuro, digo) aunque los demás no.

Qué daño han provocado las redes sociales a la política española. Era flojita, pero ahora es una vergüenza. Qué mediocridad y que espanto. Y qué forma de convertir la palabra en una cochambre. Si en lugar de tanto tuit se pusieran a trabajar con ganas otro gallo nos cantaría.