Regresar al escenario político está de moda. Donald Trump parece decidido a volver con toda la fuerza que sea precisa y dará guerra, seguro. Lula da Silva es el presidente electo de Brasil y su regreso ha provocado todo un cataclismo político y social en su país, un país que se encuentra fracturado en dos mitades. Y Pablo Iglesias es posible que decida presentarse como candidato a la presidencia del Gobierno de España en las próximas elecciones generales. ¿Sería una sorpresa mayúscula? Desde luego que no. Esta dentro de la lógica personal que ha dejado ver este hombre durante los últimos años.
Pablo Iglesias siempre ha creído que Podemos es suyo. Si bien es cierto que él fue uno de los fundadores, sería bueno que alguien le recordase que una cosa es sentir que el niño es como un hijo y otra, bien distinta, creer que el único padre de la criatura es uno mismo y que nadie más tiene derecho a hacer nada sin su consentimiento. A veces los niños resultan no ser de los que creían ser los padres. Puede pasar de todo en el mundo de la política. Sea como sea, Pablo Iglesias cree que Podemos es suyo y que nadie puede tocar su creación sin su consentimiento. Por supuesto, intentar que los votos de Podemos sirvan para que otro partido (el PSOE de Sánchez) obtenga mayoría casi gratis, está prohibido del todo. Y eso es lo que teme Iglesias que ocurra al ver que Yolanda Díaz coquetea sin complejos con el PSOE, que solo tiene ojos para el empleo en España y que no defiende con fuerza ninguna de las políticas que intenta promover la extrema izquierda española. La relación entre Iglesias y Díaz se está resquebrajando y, así, Iglesias ha llegado a decir a Yolanda Díaz: «Respétanos. Lo que hiciste en Trabajo es extraordinario y lo hiciste gracias a un partido que te defendió y no es el tuyo”. Traducido al lenguaje coloquial: Cuidadito con lo que haces, Yolanda, sin mí no eres nadie y no te voy a permitir que te pases de lista.
Si el enfrentamiento continúa subiendo de tono, Yolanda Díaz podría quedar fuera y tendría que buscar un hueco en el partido de Pedro Sánchez. Esto es algo que funcionaría como un terremoto en la izquierda y cambiaría, por completo, la intención de voto en el extremo ideológico.
Creo yo que Iglesias tiene las de perder. Se pone muy gallito y, ahora que hay que montar el circo electoral, se pone más estupendo que nunca, pero ya tuvo que escapar lejos del ámbito político después de recibir una paliza en las elecciones autonómicas. Ayuso arrasó con todo incluido Iglesias. La arrogancia le ha ido mal siempre a este hombre aunque él insiste sin descanso.
Que nadie descarte la vuelta de Iglesias. Que nadie descarte el fichaje de Yolanda Díaz por el PSOE (el que escribe si estuviera en su lugar ni se lo pensaría; los votantes del PSOE estarían encantados; Pedro Sánchez daría palmas con las orejas...). Que nadie descarte que Iglesias tenga que buscar trabajo en cualquier blog. Todo es posible en política.