La vida del revés

Pablo Iglesias y la ‘prensa facha’

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31 ene 2022 / 10:00 h - Actualizado: 31 ene 2022 / 10:07 h.
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  • Pablo Iglesias. / EFE
    Pablo Iglesias. / EFE

Pablo Iglesias quiere dedicarse a analizar la información que ofrecen los medios de comunicación más conservadores y, así, poner las cosas en su sitio; en el sitio que él cree que deben ocupar, claro. Pablo Iglesias quiso dedicarse a la política y ocupar un espacio en los libros de texto como hombre de referencia en la política española del siglo XXI; un espacio que le encantaría elegir a él pero que tendrá que ser el que decidan otros, claro. Pablo Iglesias ha fracasado como político (recuerden ustedes el desastre que supuso su candidatura a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid, por ejemplo) y, ahora, quiere triunfar como analista de medios.

Es sorprendente que Pablo Iglesias siga insistiendo en ser un político de gran envergadura cuando, en realidad, está en el mismo lugar que dejó antes de crear Podemos. A Pablo Iglesias se le hizo la mayor campaña de marketing político de la historia (gratis, por cierto) mientras ocupaba sillas en tertulias que le iban creando una excelente imagen de nuevo político que podía cambiar las cosas. Pero todo era un enorme error, el resultado de un movimiento que interesaba a unos y otros que pensaban que con la llegada de Iglesias al panorama político la otra parte se desestabilizaría. En el PP pensaron que el PSOE tendría problemas y así fue. Es lo mismo que pasó después con Vox y el PP. Se les fue de las manos la cosas y crearon sus propios monstruos. Sea como sea, Pablo Iglesias fue y sigue siendo palabrería y poco más. Y, seguramente, siga siéndolo haciendo su nueva labor de ‘inspector de medios fachas’.

Sería mucho más saludable que Iglesias echara un vistazo al panfleto que dirige Dina Bousselham (exasesora de Iglesias, la chica del móvil). Eso sí que es un engendro y una vergüenza para el periodismo. Si Pablo Iglesias olvida que esta aberración es cosa suya y se dedica a criticar a medios que han demostrado durante decenas de años cómo se hace buen periodismo, volverá a hacer el ridículo otra vez.

Como político suspendió; como revisor de medios tiene pinta de ir por el mismo camino. Ya veremos.