El sol que sale
en refulgir celeste
sobre los prados
En la mañana,
azul pecho de pájaro
o propio del mar
Están los galgos
atentos al silbido
para perderse
Rubor de vida,
albergan las mejillas
que lo afloran
La seda vieja
se rebela y se hace
rosa más viva
Luz de Enero,
fría, clara, de yeso,
en las retinas
Que vacío quedas
vaporoso pedregal,
cuando te miran.