La vida del revés

Pedro Sánchez aplaudiendo con ganas a Abascal ¡Qué bonito!

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25 jul 2019 / 19:05 h - Actualizado: 25 jul 2019 / 07:07 h.
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  • Pedro Sánchez en la sesión de investidura | EFE
    Pedro Sánchez en la sesión de investidura | EFE

Los diputados, durante el debate de investidura de Pedro Sánchez, se han levantado aplaudiendo con entusiasmo a sus líderes. Cada uno al suyo. Al de los demás, desprecio absoluto mirando la pantalla del móvil.

En cada intervención, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera, Pablo Casado, Santiago Abascal y algunos de los demás (entre los demás se encuentra uno de los mejores parlamentarios de los últimos tiempos y se llama Aitor Esteban), recibieron grandes ovaciones. De los diputados de su grupo. Dejaban el móvil un momentito y aplaudían como con rabia, con entusiasmo, seguramente sin saber por qué razón pedían elevar a los altares a su líder. Esos líderes creían tener el mundo a sus pies sin percibir un pequeño detalle: tenían su pequeño mundo a disposición. El resto del mundo miraba las pantallas de los móviles.

Estoy seguro de que si Pedro Sánchez hubiera proclamado con vehemencia cualquier majadería, le hubieran aclamado como si hubiera dictado una clase magistral sobre economía. Si Pablo Casado hubiera soltado una bobada le hubieran aplaudido muchísimo, como si estuviera dando una conferencia sobre la necesidad de tener un master o algo. Y así, sucesivamente. En realidad, fue lo que pasó. Dijeran lo que dijeran (incluidas las incoherencias o lo superficial) les aplaudían.

Sin embargo, a mí esto me parece una cosa como muy ramplona, una ordinariez. Hay que prohibir tanto aplauso a los del propio grupo parlamentario. Nada de aplausos, coño. Eso sí, les podemos permitir que pacten con otros grupos un número de ovaciones al mes. Seguro, seguro, seguro, que por conseguir ovaciones llegarían a otros acuerdos. Investir a un presidente, formar Gobiernos de coalición, etc.

‘Pedro, os ovacionamos todo el mes de noviembre si me das un ministerio con presupuesto de los importantes’. ‘Pedro, te ovacionamos durante todo el año si no me ignoras, si contestas a mis discursos’. ‘Albert, te ovacionamos si te controlas un poquito y reposamos la comida por las tardes sin tanto alboroto’...

¿Se imaginan a Santiago Abascal aplaudiendo a todo aplaudir a Pedro Sánchez a cambio de un par de ovaciones del propio Sánchez al escuchar cosas como «Si sale su investidura va a causar mucho daño a España porque solo quiere el poder»?. Qué bonito y qué divertido.

Tal vez pactando ovaciones aprenderían a negociar otras cosas. Nunca se sabe.