La vida del revés

Pedro Sánchez lloró la muerte de Miguel Ángel Blanco, pero no se acuerda

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11 jul 2022 / 12:22 h - Actualizado: 11 jul 2022 / 12:43 h.
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Hace veinticinco años, un asesino sin escrúpulos disparó dos veces a Miguel Ángel Blanco. Un tal Txapote, disparó en la cabeza de una víctima que estaba de rodillas como solían hacer los etarras. Hace veinticinco años, el asco y el dolor se convirtió en un arma poderosa que la sociedad española supo canalizar. Aquello debía acabar.

Hace veinticinco años, mi mujer estaba a punto de dar a luz. El niño que venía al mundo se llamó Guillermo. Terminó estudiando dos carreras y es, ahora, oficial del ejército. Todo el tiempo que le arrancaron a Miguel Ángel Blanco este chaval lo ha aprovechado como muchos otros. Hace veinticinco años, la gente dijo ¡Basta ya! y se comenzó a trazar el camino que llevaría a la disolución de la banda de asesinos y mafiosos que se llamó ETA. Asesinos sin escrúpulos y gánsteres de la peor calaña. Es muy posible que, hace veinticinco años, Pedro Sánchez sintiera el dolor que sentimos todos los españoles de bien al saber que habían acabado con la vida de un muchacho que intentaba defender sus ideas siendo concejal de un pueblo del País Vasco, ese dolor que ahora ha olvidado al pactar con los herederos de la violencia, del sufrimiento y de la sinrazón.

Arrancaron de cuajo el reloj que mide la vida a Miguel Ángel Blanco; se lo arrancaron disparándole dos veces en la nuca. Lo hizo un sujeto que debería pudrirse en la cárcel aunque no será así. Pedro Sánchez ya se está encargando de blanquear lo que hicieron un grupo de delincuentes armados hasta los dientes que mataron, además de a Miguel Ángel, a niños, jóvenes, adultos y ancianos. Sin piedad y sin sentido.

Al ver a mi hijo Guillermo pienso en aquella época, en aquel secuestro y en aquella muerte a cámara lenta. Y no puedo dejar de sentir el mismo asco que me provocó entonces el asesinato más infame de todos. Como hijo de militar había vivido la violencia y la muerte de cerca, las llevaba a cuestas; peo el asesinato de Miguel Ángel Blanco fue la gota que colmó el vaso. Sin saberlo, al matar a aquel muchacho nos mataron a todos. Y sin saberlo, los criminales de ETA estaban comprando su billete hacia la desaparición. Pedro Sánchez, sin saberlo, está comprando su propio billete, el que le llevará al olvido que merece un hombre dispuesto a cualquier cosa por mantener el poder. Retorcer el recuerdo y el daño no es buena estrategia.

Gracias, Miguel Ángel, por regalarnos a todos el tiempo que te arrancaron a tiros esos malnacidos. Por más que Pedro Sánchez se afane, no te olvidaremos ni dejaremos de difundir la verdad. La Historia es la que es a pesar de todo. Y así la contaremos a nuestros hijos.