El exilio republicano es Tezanos y Pedro Sánchez su sumo sacerdote.
En 1.939 centenares de miles de republicanos, salieron a pie (entre ellos Machado), en dirección a Francia.
Fueron Besteiro y Casado, dos socialistas, los que abortaron el plan de Negrin de resistir hasta el inicio de la Guerra Mundial, dando el golpe en Madrid que habilitó la entrada de las tropas de Franco en la capital de España. Antes, fueron Prieto y Largo Caballero quienes deconstruyeron la República de Azaña.
Redondo ha detectado que la nomenclatura republicana da votos y, sobre todo, evita la construcción de una identidad propia a Podemos; y aprovechando que hay elecciones en Cataluña (territorio propicio), se apropia de los exiliados, como si no fueran obra del propio PSOE que preside Ivan por persona interpuesta..
No creo que Illa encabece las encuestas; como no creo que nadie relegue a olvido los 80.000 muertos declarados (y el doble por reconocer) del Coronavirus. Que se soslaye la no necesidad de mascarillas, la no entrada de la cepa inglesa o la agonía a las puertas de los hospitales, sin plazas en las UCIS o respiradores en los Hospitales.
Sería un acto contra la inteligencia que el pueblo catalán olvide que el Ministro de Sanidad no es médico, sino licenciado en Filosofía; como inefable que en nuestro país no se decrete un confinamiento global, simplemente porque el PSOE cree que ganará en Cataluña el próximo día 14 de Febrero. En esto, hasta el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, ayuda. Y es que el poder manda hasta en los Juzgados, y por eso los socialistas están tan alborozados como la harina que cubre las croquetas.
Solo un pueblo adormecido permitiría que Illa lidere la campaña del PSC, siendo Ministro de los muertos sin nombre que se acumulaban en el Palacio de Hielo madrileño; pero así es, y es que debe ser que nos pone que nos humillen.
A Pedro sólo le falta importar la técnica por la que Lola Flores resucita de entre los muertos. Y en breve, -todo sea ahogar a Podemos- veremos hablar –pidiendo el voto socialista- a Azaña y hasta a Negrín, al que despojaron de su carnet del PSOE.
Miren por donde, echo de menos unas palabras frente a la impostura de Alfonso Guerra, pero ya Tezanos lo ajustició privando a la izquierda de la Fundación Pablo Iglesias. Y es que ya hasta Lafontaine languidece bajo las llagas y el estigma del cáncer.
Sea como fuere, parece que a Sánchez le falta una alternativa; pero no serán ni Susana Diaz, ni las Coletas (las de Pablo e Irene), ni tan siquiera los Tribunales nacionales, a diferencia de las investigaciones y hasta registros en domicilio en Francia a la búsqueda de la negligencia que mata a nuestros mayores, y pronto hasta a nosotros mismos.
A la espera de que algo ocurra, siempre nos quedará Lola Flores, sí, la de con “nuestro propio acento”, que sólo consiste en poner la tilde en una cerveza.