Pensar más en Andalucía y menos en Cataluña

Para mí que pensamos demasiado en Cataluña y mucho menos en Andalucía. Creo que deberíamos dejar de una vez de tener a Cataluña como la mala, malísima, que se quiere independizar e intensificar nosotros el progreso de Andalucía, a ver si llega el día en que podamos decir “Cataluña nos roba”, “España nos roba”, aunque sea mentira, como es mentira en el asunto de Cataluña que gasta fuera lo que dentro no tiene y además es Madrid la que desembolsa más para que estemos a gusto. Eso de trincar a un Judas para echarle la culpa de todo, hasta de nuestra propia indolencia, no es nada procedente.

Los deseos de independencia surgen a partir de un idioma, de un pasado más o menos común y del dinero. Andalucía no lo tiene y como no lo tiene ahí que anda callada, sin clase empresarial propia con influencias de verdad, sin relevo generacional en las organizaciones empresariales, con un 4% de afiliados a los sindicatos y un 7% a los partidos, sobre todo a los dos mayoritarios, no hay un partido andalucista que defienda los intereses andaluces porque no hay intereses que defender, sí, aunque digan lo contrario, somos una zona subsidiada, por todas partes hay letreros de fondos europeos, somos el sol de España embotellado, el lugar donde se tuestan los turistas a los que les servimos las bebidas en multitud de hoteles y establecimientos similares.

En agosto de este año 2023 El Mundo afirmaba que Andalucía tenía aún sin ejecutar el 43,68% del presupuesto correspondiente a los Fondos Estructurales y de Inversiones europeos del período 2014-2020, lo que equivale a 4.589 millonesde euros de los 10.506 millones del presupuesto total. Eso es dinero, ¿eh? Pues añadan los procedentes del fondo de compensación interterritorial. La agencia Europa Press ha publicado lo siguiente: “El Ministerio de Hacienda y Función Pública ha entregado un total de 19.185 millones de euros a Andalucía entre enero y octubre de este año 2023 en concepto de entregas a cuenta del sistema de financiación autonómica, lo que supone 1.919 millones más -un 11,1% más- que la cifra de 17.266 millones del mismo periodo del pasado año, y ha sido la segunda comunidad, tras Cataluña, que más dinero ha recibido en lo que va de ejercicio del sistema de financiación autonómica, que en total ha repartido 102.732 millones de euros hasta octubre entre todas las regiones en conceptos de entregas a cuenta.

Muy bien, todo esto será muy bonito, la solidaridad interregional, si a mí me sobra te lo doy a ti y demás actos caritativos a los que llaman justicia. Me pueden cantar por fandangos eso de que nuestro atraso viene de lejos, desde el siglo XVIII y sobre todo del XIX con los latifundios y que no le supimos llevar el ritmo modernizador a Cataluña o Euskadi. ¿Por qué? Ah, ahí llega la autocrítica que no existe en Andalucía. Tenemos los viejos en la memoria el cartel de la Transición: “Si el andaluz rico piensa en Madrid y el pobre en Cataluña, ¿quién piensa en Andalucía?”.

No deberíamos tolerar tanto dinero externo y producirlo nosotros, quien pone tanto la mano y vive lloriqueando termina siendo un vago y permite que nos llamen vagos los demás. Ni que estuviéramos en medio de un desierto. Cuando estuve en Las Vegas, en Estados Unidos, y en Los Ángeles, pensé que todo aquello es desierto y cómo esa gente ha sacado platino de sus entrañas y vamos allí a hacernos una foto en el cartelito que nos anuncia nuestra presencia en el paraíso del juego y del derroche. En 1992 decían que íbamos a ser la California de Europa, ¡la California de leche merengada! Sólo California es más rica que toda España. En Andalucía sobran lamentos y faltan brazos para levantarla que somos los últimos de la última que es España. Y no olvidemos que a nadie le sobra nada y que el humano piensa primero en sí mismo y luego en los demás, no estemos esperando nada de fuera que la riqueza la tenemos dentro.