Los medios y los días

Pensar por uno mismo, ¡herejía!

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07 feb 2021 / 04:36 h - Actualizado: 06 feb 2021 / 20:40 h.
"Los medios y los días"
  • Arancha González Laya
    Arancha González Laya

Narré no hace mucho los dos grandes grupos en que antes se dividía a la gente: los que han salido en televisión y los que no han salido, algo que queda bastante desfasado porque en la televisión ya no es tan difícil salir como antes, basta con apuntarse de palmero o con tener unos segundos de gloria cuando dicen eso de “hemos sacado las cámaras a la calle”. Me acuerdo de lo bien que le iba a Canal 47 TV en Sevilla: sacaba la cámara a la calle para que el personal se desahogara y ya está. Durante la Feria, la cámara se metía en las casetas y todo el mundo lo estaba pasando estupendamente, comiendo, bebiendo y cantando, qué envidia, estoy deseando de que me expliquen ese secreto de la felicidad, pero que no sea lo típico y tópico de ver gente por verla para que la casa no se te caiga encima, viajar y pasear con los nietos o con el perro más hacer ejercicio y yoga que eso ya me lo sé y no me sirve apenas.

Hay otra clasificación de la ciudadanía, muy simplona también: los que piensan por sí mismos y los que piensan según les dicen los medios o la gente a su vez influida por los medios. Sentimos miedo de pensar por nosotros mismos y sobre todo de expresar esos pensamientos cuando creemos que difieren del resto de las opiniones. A eso se le llama en la universidad espiral del silencio porque al final sólo opinan los papagayos de lo políticamente correcto. También yo siento inquietud al expresarme -y eso que me callo muchas cosas- pero he venido a este mundo a hacer lo que tengo que hacer y no lo que me digan que haga. Y a cargar con las consecuencias de mis actos.

Primero, dice la ministra de asuntos exteriores, Arancha González Laya, que, en España, no hay presos políticos sino políticos presos. En efecto, políticos presos que han delinquido por motivos políticos y a eso se le llama presos políticos de toda la vida. Por tanto, la señora ministra no tiene razón, ella debe interpretar su papel pero que se deje de rodeos porque es una constante en la historia que todos los políticos que han querido hacer algo que no estaba en el guion instituido por otros, han tenido que saltarse el guion y entonces han sido perseguidos por los que ostentaban y ostentan el poder. Luego ganan los que ya estaban o los sublevados pero se trata de una lucha política, con esa forma de engañarnos de la señora ministra el humano no hubiera avanzado nada. Los grandes avances en todos los campos de la existencia humana, por regla general, surgen de la transgresión.

Segundo, el señor Borrell le corrige la plana -lo mismo que ha hecho la señora ministra- al señor ministro de asuntos exteriores ruso, Lavrov, porque tiene preso a un político disidente, Navalni, y compara a Rusia con España, tan libre ella (que no una ni grande). El propio señor Borrell sufrió lo que es descabalgar a alguien como él cuando aspiraba a estar al frente del PSOE y lo iba a lograr. ¿Cómo lo descabalgaron? Con el veneno made in Occidente, apañando una campaña de prensa contra él, el aparato de su partido utilizó a la prensa para implicarlo en un escandalillo que él no había protagonizado sino que los protagonistas habían sido algunos miembros de su entorno. Adiós Borrell como candidato de la izquierda del PSOE para que triunfara Almunia, el hombree del aparato y de Felipe González en particular.

Y no compare a Rusia con España, hombre, que allí hay un presidente, una jerarquía que se hace respetar ante todo el mundo, España no es un país cercado militarmente por la OTAN ni con unas armas estratosféricas sobre su cabeza, acérquese a Rusia como recomendaba no hace mucho el estadista francés Jean-Pierre Chevènement, no sea tan lametraseros de Joe Biden y EEUU, señor Borrell, que mire si aquel país ha “envenenado” gente, construyamos una Europa poderosa, que ya se ha ido Inglaterra y no le va a pasar nada sin la UE, lo que ocurre es que estamos en el mundo débil del relativismo, un mundo que permite que, de nuevo, en Italia, entre un banquero a mandar; salvando las distancias, en Italia han hecho lo mismo que hacía el Senado de la antigua Roma cuando nombraba a un dictador para que pusiera orden y luego se fuera a su casa, que no se iba, aquí tampoco se van, en Francia está un empleado de la banca en la presidencia, en Italia hay otro y en España hemos tenido a Rodrigo Rato en lo más alto y a usted, señor Borrell, tan bien relacionado con multinacionales y nombro una porque estoy en Sevilla: Abengoa, en la que en 2015, usted, señor Borrell, se sentaba en su consejo de administración. Poco la está ayudando, es mejor criticar a Putin, ¿verdad?

Hay que pensar por uno mismo en otros temas y hablar abiertamente que para eso asegura Borrell que estamos en democracia plena. Por ejemplo, de la inmigración ilegal. Lo dejamos para otro día.