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Desvariando

Pensionistas acojonados

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
04 dic 2022 / 10:01 h - Actualizado: 04 dic 2022 / 10:02 h.
"Desvariando"
  • Pensionistas acojonados

Estos días vuelve a haber debate sobre la sostenibilidad de las pensiones, que casi siempre coincide con la cercanía de unas elecciones, en este caso, autonómicas y municipales, aunque las generales no están muy lejos tampoco. Les meten miedo a los trabajadores, sobre todo a los asalariados y autónomos, que es el granero más grande de votos. Si según Sánchez y su ministra de Economía, la señora Calviño, España va de maravilla, este debate no se tendría que dar jamás, pero se da. Se habla incluso de riesgo de quiebra del sistema de pensiones, como, por ejemplo, el manijero de los empresarios españoles, el señor Garamendi, que no es como si lo dijera Periquillo el de los Palotes. Pero sobre lo que no hay nunca debate, es sobre si corren o no riesgo las súper pensiones de los ex gobernantes, porque ellos nunca tienen problemas. ¿Habrá dinero para los ex presidentes de Gobierno? ¿Llegará un día en que no haya para que Sánchez se siga paseando en el Falcon o veraneando como si fuera un millonario? Si nos meten miedo a los que estamos a punto de jubilarnos, que algo hemos cotizado, se pueden hacer una idea de cómo estarán los jóvenes de entre 25 y 35 años, que aún no han cotizado porque hay un paro brutal entre los de esa horquilla. Recordemos que estamos a la cabeza de Europa en paro juvenil. En un sistema contributivo, como el nuestro, nunca se debería de meter miedo con las pensiones desde el Gobierno, porque el Estado no le regala nada a un jubilado, sino que le devuelve parte de lo que ha ido pagando a lo largo de su vida laboral. Es miserable, pues, que estos días, con la que está cayendo y con la Navidad a la vuelta de la esquina, se esté produciendo el debate de si el sistema de pensiones puede quebrar o no. Parece que no, si en breve se van a subir las pensiones de manera considerable. ¿Por qué no debatimos si vamos a poder mantener el gasto en armamento, si podremos seguir ayudando a Ucrania en caso de que se alargue la guerra o si tendremos para mantener a tantos políticos, asesores de gobernantes, coches oficiales y ayudas a tantos chiringuitos como hay? ¿Es que siempre hay que acojonar a los jubilados o a los que se van a jubilar pronto? Lo raro es que este país no haya reventado ya, con tantos problemas y una clase política vergonzosa, con partidos enfrentados constantemente, que a veces dan un espectáculo lamentable en el Congreso, con ministras corraleras acusando de fascistas a quienes no aplauden sus chapuzas, como la de Igualdad, o la propia presidenta del Parlamento -o el vicepresidente-, practicando la censura contra determinados diputados, como en las peores dictaduras bolivarianas. Según Gómez de Celis, se puede llamar fascista a un diputado en el propio Congreso, pero no filoetarra. Y el problema, al parecer, es que hay ya demasiados pensionistas. Para coger una vara verde y brearlos.