Menudo anticomunismo sigue habiendo hoy en los medios. No veas cómo están siempre el OKDiario de Eduardo Inda o Libertad Digital del liberal Federico Jiménez Losantos que se acaba de buscar a unos amigos liberales para que le den un premio y hace poco llevó a su casa a Bertín Osborne y allí nos demostró que su anticomunismo es enfermizo, se nota que como se desengañó del sueño no le perdona a la vida la pérdida del paraíso marxista-leninista y se ha cabreado tanto con el mundo y con él mismo que lleva años diciendo que es liberal. Pero no es liberal, es ultraconservador, y no pasa nada por reconocerlo. Los liberales no son tan brutos y éste está todavía como cuando los bolcheviques amenazaban al mundo, igual que su colega Eduardo Inda. Ambos son tontos útiles porque desde luego el comunismo se parece al Cid Campeador que mandaba después de muerto y, de hecho, donde el capitalismo funciona menos mal ahora es en un país teóricamente comunista como es China.
De todas formas, el comunismo y la izquierda están dando bocanadas de muerte, cómo tendrá la conciencia el liberalismo que no olvida el acojono al que lo sometió Lenin, Stalin, Nikita Kruschov o Breznev. En 2008, nada más empezar la grave crisis provocada por la codicia liberal-capitalista, se reunieron en Washington un grupo de mandamases políticos de países capitalistas y el entonces presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo: vamos a refundar el capitalismo, vamos a construir otro Bretton Woods. Y se pusieron manos a la obra.
Ninguna formación ni alternativa de izquierdas, ningún comunismo les replicó ni les hizo contrapeso. Comparado con otros, el capitalismo está sano a pesar de su enfermedad crónica y cuando enferma y lo pone todo patas arriba no debe preocuparse por su estabilidad porque no hay izquierda en general ni comunismo en particular, él genera las crisis, pero es él quien las trata y las cura o deja el asunto en crisis permanente, la izquierda es un simple Pepito Grillo, de ahí no pasa, hay que tener en cuenta que, como afirma Oriol Bartomeus, los jóvenes actuales –de derechas y de izquierdas- “son de la generación de la revolución conservadora, de un mundo creado por Reagan, Thatcher y Juan Pablo II. Son muy individualistas”.
En vida de Saramago el novelista llegó a preguntarse: pero, ¿dónde está la izquierda? En ningún lado José, en tu país ha funcionado bastante porque la izquierda se ha comportado como la derecha, como le ha dicho la UE, y estos de España no son izquierda ni nada, los impuestos a los ricos, las subidas de sueldo, las medidas sociales y la banca pública son creación de la derecha –por ejemplo, la expansión fiscal de Keynes-, Franco tenía un sector púbico que España parecía la URSS al lado del que puedan tener en la cabeza los del gobierno social-comunista, como lo llaman desde los medios “liberales”. Y ahora cuando la UE les diga que hay que ajustarse el bolsillo porque, entre otros motivos, se ha ido Inglaterra y se ha llevado el 16 por ciento del presupuesto de defensa, ya verás cómo se tienen que poner firmes porque Trump va a lo suyo y dice que nos paguemos la OTAN.
No hay izquierda, todo es un juego, un marketing, un deseo que por supuesto seduce a la gente porque la gente vota con la cartera y con el corazón. Sin embargo, ojo, no hay que bajar la guardia, que la putada neoliberal –condenada por el comunismo y por el Papa- puede resucitar a la momia de Lenin o provocar que Hitler emerja de entre el subsuelo de Berlín. ¡Si es que esto es un sinvivir!