Aunque no le importe a casi nadie, de niño estuve muy vinculado a Coria del Río porque en Palomares no cabíamos ya en el colegio y nos mandaron al Cerro de San Juan, de esta localidad tan entrañable. Fue a finales de los sesenta. A los 12 años me fui del colegio y me coloqué en la panadería del Guapo. Coria era como París, con sus cines, sus campos de fútbol y sus albures. De este pueblo es Juan Manuel Suárez Japón, el que fuera consejero de Cultura de la Junta de Andalucía de 1990 a 1994. Al único consejero que le ha dolido de verdad, y la sigue doliendo, el flamenco.
Como soy eso que llamamos un crítico de flamenco, reconozco que le hice bastantes críticas a su gestión, más que por la gestión en sí, en general, porque se le veía un poquitín el plumero con el mairenismo y la gitanería bajoandaluza. Tenía, como Tomás Pavón, el gusto bien colmado. Si quieren que les sea sincero, lo sabía ya entonces, pero pensaba que tenía que darle algunos castañazos para que la Junta no se olvidara de que el arte de lo jondo era algo más que Mairena. Juan Manuel Suárez, el de Coria, se esforzó tanto para que el flamenco fuera reconocido y apoyado por el Gobierno andaluz, que casi todo lo que se hizo fue por iniciativa suya. Recuerdo, por ejemplo, cuando se creó el Centro Andaluz del Flamenco, con todo un palacio para nuestro arte, el Palacio de Pemartín de Jerez.
Nunca en toda la historia de nuestra música se había tenido un gesto tan importante con una música, la andaluza, tan importante y tan maltratada. Hoy sería impensable algo así, con un gobierno tan poco sensible como el actual. Pero la labor de Juan Manuel no acabó cuando dejó de ser consejero de Cultura. En su etapa de rector de la Universidad Internacional de Andalucía, cargo que le fue concedido en 2009, se ocupó mucho del flamenco y de los flamencos. Recuerdo, por ejemplo, el ciclo Los flamencos hablan de sí mismos, todo un éxito, que quedó reflejado en una serie de valiosos libros. Y no hay que olvidar sus libros de flamenco, dos maravillas que nos han contado las vidas de dos grandes figuras del género, Cristina Hoyos y Manuel Morao.
No sé si el flamenco le va a reconocer algún día tan buena labor de dedicación y aciertos, pero Coria sí lo va a hacer por su trabajo en general en favor de la cultura y del pueblo en particular. El próximo día 26 de este mes, a las 21 horas, quedará inaugurada una plaza con su nombre cerquita del río, que también conoce. Se lo comunicó el pasado día 19 el alcalde de la localidad, Modesto González. Como es lógico, está feliz porque, entre otras cosas, es coriano, ejerce como tal y ama a su pueblo con todas las consecuencias. Estaré a su lado, si los toros de Machacaera no lo impiden.
No hay reconocimiento más importante que el de tu pueblo, y Juan Manuel lo sabe. Felicidades. Y a Coria también.