¿Pluripartidismo o bipartidismo interruptus?

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Josu Gómez josugomez78
12 jul 2015 / 19:09 h - Actualizado: 13 jul 2015 / 18:00 h.
"Elecciones Autonómicas 22-M","Elecciones Municipales 2015","Elecciones Generales 2015"
  • ¿Pluripartidismo o bipartidismo interruptus?

Las últimas elecciones municipales y autonómicas han transformado el escenario político de nuestro país, así la aparición en este ámbito de nuevas formaciones políticas como Ciudadanos o Podemos a través de sus múltiples marcas blancas no han venido más que a reflejar en el municipalismo la fragmentación del voto que tanto en el ámbito de la izquierda como de la derecha de nuestro país han provocado que la ciudadanía busque en otras opciones de su ámbito ideológico una respuesta ante sus ansias de cambio y regeneración democrática, respuestas que parecen no encontrar en los que hasta ahora han sido los partidos protagonistas de la política en nuestro país a todos los niveles desde la llegada de la democracia. Pero la llegada de estos nuevos inquilinos al campo de la gestión de lo público llevará aparejadas consecuencias directas en el presente y futuro de estas nuevas formaciones políticas, no por menos han pasado estas de ser meras espectadoras de segunda fila a protagonistas de la gestión pública, protagonismo este que unido a la responsabilidad del momento configuran un nuevo escenario político complejo en lo que viene a ser el fin del bipartidismo imperfecto en nuestro país. Serán así sus decisiones en la gestión de lo público las que determinen de esta forma si estos partidos son un mero sueño de una noche de verano o por el contario son proyectos estos de presente y futuro, es decir propuestas programáticas que han llegado para quedarse en el escenario de la política de nuestro país, tan necesitada de aire fresco en los últimos tiempos.

Es curioso así observar como estos nuevos partidos miden así cada gesto y acción a fin de no desgastar su caladero de votos, no por menos ejemplos como el de Ciudadanos capaz de dar el gobierno en la Presidencia de Madrid al PP por un lado y por otro haber dado su apoyo al PSOE en Andalucía para desbloquear la investidura de la legítima ganadora de las elecciones autonómicas celebradas en esta región no responde por menos a una estrategia de fijar a Ciudadanos en la centralidad del juego político, presentándolo como un partido con visión de estado que vela por los intereses generales de cada territorio en base a compromisos y documentos de acuerdo. Pura estrategia de marketing político que de nuevo trae poco y que responde más a las ortodoxas reglas del manual político que a una nueva forma de hacer política en nuestra país. Algo parecido ocurre con Podemos capaz de pactar en unos territorios con el PSOE –Aragón o Castilla-La Mancha– y al mismo tiempo favorecer el gobierno del partido Foro Asturias del líder conservador Álvarez Cascos en diferentes ciudades de esa región. Vivimos no obstante, en definitiva, tiempos de cambio en donde la política de pactos, las estrategias de posicionamiento y venta o el maquiavelismo en sentido práctico toman un protagonismo claro en el seno de los partidos políticos, tanto los que algunos denominan de la casta como aquellos que tal vez ya van camino de ser casta o desean serlo. Duda esta que se aclarará en los próximos tiempos a través de la gestión pública de quienes clamando un cambio hoy tienen otorgado el papel que reclamaron: el de liderar las instituciones públicas. ¿Serán capaces estas nuevas formaciones políticas de gestionar el raudal de confianza que la ciudadanía les ha otorgado? El tiempo lo dirá, será de su acierto o desacierto en la gestión de lo público y en la asunción de las responsabilidades políticas en ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas los que determinen si el pluripartidismo ha llegado para quedarse en España o solo es un simple reflejo momentáneo de las circunstancias de crisis política, económica y social vivida en los últimos años que tarde o temprano y una vez superadas volverán a resituar a los partidos mayoritarios de referencia de la izquierda y la derecha como las únicas opciones de gobierno.