No sé si les ocurre como a mí pero cuando escucho a un político no me creo nada, sobre todo porque son promesas vacías con poco o ningún viso de cumplirse y de esas las podemos contra ya por millones.
Veo como se hace especial énfasis en los barrios, los barrios ahora son vitales, el resto del año no tanto, quizás porque en ellos está el arma de voto, los votantes a conquistar. Uno con prisas por hacer obras y el otro con prisas por meter prisas, quizás para dejar en evidencia. Nunca se sabe.
Me molesta en extremo que el resto del año no se hable apenas de los barrio, que haya que denunciar y reclamar más limpieza o seguridad, obras en las aceras o que pinten los pasos de cebra y cuando se acerca el periodo electoral todo fluye, todo es más sencillo...
Hay más presencia policial, se hacen obras -a veces son interminables-, en otras ocasiones hay más efectivos de Lipasam... ¡Todo es que haya elecciones!
Otra cosa que me molesta es la demagogia de los unos y los otros, la ironía con respecto a lo que pasan en los barrios y que sólo ellos parecen conocer mejor que el que vive aquí (incluyéndome yo).
Cuando se hace un mitin político deberían de poner detrás no a los convencidos ni a gente como a mí que tengan que convencer y rebatirme todo lo que se les puede reprochar, la lista es larga y, obviamente, es lo que no interesa.
Hay inseguridad ciudadana, hay una deficiente política medioambiental y poca sensibilidad con los animales «de la calle», se vende mucho humo con la cultura y las bonanzas de lo que harían o de lo que quitarían pero cuando llegue el caso, apuesta continuista o renovadora, no pasará nada, todo seguirá igual.
¿Qué pasó con el metro en Sevilla-Este? Yo se lo diré: se ha sustituido por un autobús que para que suene mejor se le ha rebautizado como «tranvibús», pero no se engañe: no es el metro, es un parche.
El otro no se ha enterado que esto no es Málaga ni pretende serlo, con la dichosa cancioncita en la boca siempre, resulta falso y hasta poco imaginativo.
Cuando llegue el 28 de mayo repiense el voto, ni los unos ni los otros, lea el programa electoral, escuche lo que dicen como «encantadores profesionales» .que son y no se deje engañar. Lo que deposite en la urna hágalo en conciencia pues suyo es el poder de decisión para los cuatro próximos años.