La Tostá

¿Por qué se aburren los cantaores?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
19 mar 2023 / 09:31 h - Actualizado: 19 mar 2023 / 09:31 h.
"La Tostá"
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¿Alguien sabría decir por qué va a ser recordado Miguel Poveda el día que ya no esté, que ojalá tarde siglos en irse? Tomás Pavón, El Carbonerillo, Isabelita de Jerez o Juan Mojama no necesitaron muchos discos para ser recordados cada día con más consideración como geniales intérpretes del cante. No creo que nunca pensaran en eso de abrir caminos nuevos o dejar algo para la historia. No estuve en el concierto de Arcángel en el Maestranza el pasado viernes, porque voy ya poco a los teatros. Me han dicho de todo, bueno, malo y regular, sobre esta nueva aventura del buen cantaor onubense. Que dijo, por ejemplo, algo sobre la posibilidad de abrir un camino nuevo con esta propuesta suya. No va a abrir ningún camino nuevo, que no se ilusione, porque no creo que eso interese, aunque el teatro estuviera lleno. Me refiero a lo de llevar al terreno del cante piezas de la música clásica. Nada menos que aflamencar a genios como Donizetti o Verdi. Ya nos aburren bastante algunos guitarristas flamencos con experimentos de este tipo y las bailaoras contando historias insufribles o enseñando las tetas en los teatros. Naturalmente que Arcángel, Poveda o Mayte Martín están en su derecho de cantar lo que les dé la gana. Incluso de aburrirse. Concepción Arenal dijo que el aburrimiento es la suprema expresión de la indiferencia. ¿Les gusta de verdad el cante a los que se aburren con el flamenco y se meten en aventuras musicales muy distintas para abrir nuevos caminos? No lo dudo. El cante jondo no tiene nada que ver con ningún otro género musical. Todos los genios del cante estaban algo desequilibrados, no eran personas normales. A Manuel Torres le decían El Majareta por algo. Tomás Pavón lo mismo hacía jaulas para pájaros, que se pasaba noches enteras escuchando a Chopin en una vieja gramola. Caracol se iba a la tapia de un manicomio a escuchar a otro loco, Macandé, y Marchena se bañaba en colonia y cuando iba de gira solía dormir en casas de alterne, en vez de en hoteles, aunque no siempre. Todos los cantaores medio locos dejaron una obra, un tesoro, y ese es el mejor camino: dejar algo que te inmortalice. Y eso no lo logra quien quiere, sino quien puede. El genio no sabe que lo es. Quizá el Niño de Elche, que tanto sabe. Me aburren ya los que se aburren con el cante.


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