Puigdemont debe estar gravemente enfermo de la cabeza

Image
28 abr 2021 / 11:11 h - Actualizado: 28 abr 2021 / 12:14 h.
"Opinión","Carles Puigdemont"
  • Carles Puigdemont. / EFE
    Carles Puigdemont. / EFE

Carles Puigdemont es un hombre con graves problemas éticos, morales y, casi seguro, mentales. De no ser así, no podría publicar un tuit diciendo que «Quienes agredieron ciudadanos al grito de ‘a por ellos’ continúan privilegiados y protegidos por el sistema español. Los vacunarán pasando por delante de personas indefensas y pacíficas a las que golpearon de forma salvaje el día 1 de octubre de 2017». Dice esto Puigdemont porque los guardia civiles y policías nacionales destinados en Cataluña no han sido vacunados en gran medida. Los mossos y la guardia urbana de las diferentes localidades sí han sido vacunados en un alto porcentaje. Los guardia civiles y policías nacionales son señalados, discriminados, insultados y maltratados.

Ahora que tanto se habla de política del odio, este es el claro ejemplo de lo que es eso. Y no he escuchado a Sánchez ni a Iglesias condenar semejante insulto y decir que lo que pasa en Cataluña es una vergüenza, un intento de discriminar a buena parte de la población. Si esto no es odio que venga Dios y lo vea.

Puigdemont es el mismo que escapó de la Justicia española escondido en un maletero y dejando abandonados a los que han tenido que cumplir pena de cárcel por su estupidez. Y es el mismo que abandera un movimiento político etnicista, supremacista y enloquecido. Digo esto porque es necesario recordar que Puigdemont es el reyezuelo, pero son miles los que le siguen y se apuntan a una forma de ver la vida completamente disparatada. Lean el tuit y lo que dicen los seguidores del huido.

Sea como sea y les guste o no les guste, en Cataluña tendrán que vacunar a policías y guardia civiles porque forman parte de un colectivo en serio peligro de contagio. Lo que buscan estos mequetrefes es hacer las cosas ‘por narices’ para que todo parezca impuesto, para que todo sea el producto de una presión insoportable del ‘estado borbónico’. El delirio llega a tal extremo que el secretario de Salud Pública de la Generalitat, Josep Maria Argimon, dice que eso de vacunar a los policías y guardia civiles es ridículo y que le importa muy poco la profesión de esas personas. La pregunta es ¿por qué entonces la Generalitat vacunó a los sanitarios, a los bomberos o a los mossos hace tiempo? Y dice que, ahora, tendrán que retrasar la vacunación de las personas de 70 años como si la Generalitat no interviniese en la toma de decisiones que Gobierno y Comunidades Autónomas acuerdan cada semana, como si no supiera que deberían estar vacunados ya hace tiempo. No se puede ser más mezquino ni peor persona ni más penoso. Un detalle: Puigdemont tiene anclado un tuit en su cuenta de Twitter en el que se le ve muy serio y muy chulito con un cartelito en la mano pidiendo la libertad para Junqueras.
Lo que no ancló fue la secuencia completa de lo que sucedió. Le bajaron los humos es veinte segundos. Vean, vean.

Los políticos separatistas han perdido el juicio, muchos de sus seguidores también, y el Gobierno español está dejando que esto vaya de un estado desastroso (Rajoy logró empeorar las cosas gravemente) a otro de incalculables perjuicios para España y los españoles (incluidos los catalanes). Pedro Sánchez nos va a hacer pagar sus acuerdos con los separatistas catalanes con sangre, sudor y lágrimas.