Cuaresma 2023

¡Qué bien se está aquí!

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El Paquito elpaquito_2
05 mar 2023 / 04:00 h - Actualizado: 05 mar 2023 / 04:00 h.
"Cuaresma 2023"
  • ¡Qué bien se está aquí!

Seguimos recorriendo este pasillo que decíamos la semana pasada que es la Cuaresma. En esta ocasión el pasillo se curva, y se ensancha como si adoptara forma de plaza, y hacemos una parada. En este segundo domingo de Cuaresma la Iglesia nos regala la Transfiguración del Señor. Poniendo en antecedentes, el Señor viene de pasar las tentaciones en el desierto, 40 días con sus idénticas noches sin comer, sin beber, empezando a tope la Cuaresma. Una vez superadas las tentaciones, ocurre este capítulo del cual os voy a hablar hoy.

La Cuaresma es dura, es un tiempo de preparación para la semana santa, pero no todo van a ser sacrificios, esfuerzos ni tribulaciones. El Señor lo sabe, y nos lleva a su transfiguración, a un espectáculo sobrenatural, a un momento en la vida que se graba para siempre. Jesús se lleva a sus mejores discípulos, Pedro, Santiago y Juan, a un monte, el monte Tabor, y allí se transfigura, esto consiste en que la túnica de Jesús cambia a un blanco radiante y su rostro se ilumina e irradia una luz jamás vista en esta tierra. Junto a Jesús aparecen Moisés y el profeta Elías, y estaban conversando agradablemente. Contemplando tal cuadro, Pedro le dijo a Jesús: “Señor ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas una para cada uno”.

A mí siempre me ha impresionado este pasaje, y me he imaginado el monte Tabor como si fuera un bar, pero no un bar cualquiera, sino como “el bar”, todo lo que tu quieres que tenga un bar, lo tiene le bar “Monte Tabor”, si yo montara un bar, sin duda le pondría por nombre “Bar Monte Tabor”. En este bar la cerveza, Cruzcampo por supuesto, tendría el nivel de la del Coronado, los boquerones en adobo del Blanco Cerrillo, las croquetas de Casa Ricardo, las espinacas con garbanzos del Rinconcillo, la ensaladilla del Vizcaíno, los serranitos de Casa Morales, el pescao frito de La Pastora, los montaditos de pringá de Las Columnas, etc. En el bar Monte Tabor hace fresco en verano y en invierno da el sol para estar a gusto en la terraza. En este bar siempre te encuentras con tus amigos, con los que quieres estar, con los que hace mucho que no veías y te morías de ganas de verlos, seguro que Jesús le decía a Moisés: Impresionante lo de abrir el mar tío! Jajaja como cayeron en la trampa los egipcios! Sin poder reprimirlo, porque sale de dentro, te sale un inevitable “que bien se está aquí”, que cualquiera de nosotros proclamaría en tal compañía y acompañado de estos manjares celestiales.

Madre mía ... ¡Qué paso de misterio tiene este pasaje! El Señor elevado en un pequeño montículo de claveles rojos, con su túnica blanca, con los brazos elevados ligeramente, acompañado de Moisés y Elías en cada flanco, y los tres discípulos un poco mas abajo contemplando la escena, eso sí, y un olivo, no concibo un misterio de semana santa con un pasaje en exteriores sin su pedazo de olivo. La que hubiera formado Castillo Lastrucci si le encargan este misterio. El paso, los respiraderos y la canastilla en color caoba, en madera no dorada, para que reluzca la luz del Señor transfigurado. La hermandad se llamaría “La Transfiguración” por supuesto, y ya tendría una marcha “Transfigurado vas por Sevilla”, para agrupación musical porque este paso tiene que andar alegre, ser festivo justificadamente.

¡Qué bien se está aquí!

La transfiguración es una primicia, una antesala de la resurrección, es como si el Señor nos quisiera decir: tranquilos, pasan cosas malas que no entiendes, pero todo va a terminar bien. No puedo evitar pensar que la transfiguración también está ligada a nuestra bendita ciudad, y que no hay mejor sitio para transfigurarse, y ya que estamos me permito recordaros como termina este pasaje. Una voz que provenía del cielo dijo: “Este es mi hijo amado, escuchadle”, esa voz, de Dios padre, hacía referencia a Jesús, y viene para nosotros, sobre todo en cuaresma, así que: escuchemos.