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¿Qué es Carpe diem?

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06 sep 2022 / 08:01 h - Actualizado: 06 sep 2022 / 08:02 h.
  • ¿Qué es Carpe diem?

Mi hermano me preguntó este mes de julio en Miami: “Jose: ¿te estás muriendo?”. Comprendí la pregunta al momento. Me había visto ir en abril a Uzbekistán para ver Samarcanda y la Ruta de la Seda; me había visto en mayo ir a Singapur y a Malasia; y ahora me veía en Miami camino de Hawai, México, Ecuador, Houston y Nueva Orleans. Debió de pensar “A mi hermano le ha entrado un cáncer y le han dado seis meses de vida y los está aprovechando”. Yo le contesté: “Sí, claro, me estoy muriendo. Como todos. Aunque todavía no tenga ninguna enfermedad”.

Reconozco que esto de tener ya 59 años y de que hayan caído a mi alrededor gente de mi edad y aún mucho más joven, y de que las noticias sean diariamente catastróficas (en el más estricto de sus sentidos), te hace concentrarte en el viejo adagio latino de Carpe diem, aprovecha el día. Pero ¿cómo se aprovecha el tiempo?

Es curioso que cuando la gente normal se plantea que debe aprovechar el tiempo, a veces lo primero que le salta a la cabeza es pensar en viajar. “Yo, cuando me jubile”, dicen, “pienso aprovechar el tiempo”. “¿Y qué harás?”: “Leer mucho, que tengo muchos libros por leer. Y viajar. A mí me encanta viajar”, dicen.

Luego ni leen ni viajan.

He conocido a mucha gente que se hacían enormes planes para la jubilación y que cuando ha llegado ese tiempo no han conseguido hacer nada. No tienen dinero y están cansados, el cuerpo no les da para más, se quedan empantanados en el desayuno: “El desayuno es el momento del día que más me gusta”, dicen. Y leen el periódico y, cuando se dan cuenta, la mañana se les ha ido y sólo les queda tiempo para ir a la tienda a comprar un poquito de jamón de york, que está a punto de acabarse, y sentarse a comer. Cuando comen, ¿cómo no se van a echar una siestecita si para eso mismo están libres de responsabilidades? Luego: paseíto, hablar por teléfono, cena, tele y a dormir.

¿Qué hacer para sentir que realmente se está aprovechando el tiempo?

Otros dicen: “Estar con la familia”. Si supiera que me voy a morir y me quedaran dos semanas de vida, pasaría con la familia todo el tiempo. Eso si la familia quiere y puede pasarlas contigo. Menudo estorbo y presión para la familia. “Quedémonos con papá que le quedan dos semanas”...

En estos días se ha vuelto a hablar en algún medio de comunicación de la flauta de Sócrates. Cuentan (Platón dixit) que Sócrates, estando en la cárcel ya condenado a muerte y a punto de tener que ingerir la cicuta, hizo esperar a sus amigos y centinelas porque estaba terminando de aprender a tocar una melodía en la flauta. Cuando le preguntaron que para qué la quería aprender si se iba a morir en un rato, él contestó que “para saberla”, por el amor de conocer más. No sé yo si el empeño de Sócrates era positivo. Porque imaginemos que consigue tocarla y le encanta y que en ese preciso instante se da cuenta de que habría sido mucho más feliz tocando la flauta con amigos en ensambles y conjuntos y acompañando a maravillosas sopranos toda su vida que intentando filosofar y llegar a alguna conclusión que se iba a demostrar inútil en la generación siguiente... Habría muerto muy angustiado. “¡Perdí el tiempo!”.

¿Qué significará “perder el tiempo”? ¿Es perder el tiempo desayunar tranquilamente mientras se lee el periódico o se charla con los colegas? ¿Es perder el tiempo ver una entretenida serie de televisión o un partido de fútbol? ¿Es perder el tiempo ir de compras para ponerse una ropa nueva que tanto nos eleva la autoestima? ¿Es perder el tiempo jugar al fútbol con amigos, jugar a videojuegos con amigos, jugar a las cartas con amigos? Para saber en qué consiste “perder el tiempo” habría que saber para qué tenemos el tiempo, cuál es nuestro “objetivo”.

¿Es, sin embargo, ganar el tiempo leer sin parar libros sesudos que intentan contestar todas las preguntas o que simplemente te entretienen? (Leer ha gozado de buena fama, asistir a una obra de teatro de William Shakespeare también; ver una serie de televisión de Aaron Sorkin o David Chase no tanto. ¿Está justificado?). ¿Es ganar el tiempo hacer el amor?, ¿hacer el amor todos los días durante años con la misma persona? ¿Es ganar el tiempo viajar? ¿Ver el mundo en directo? ¿Hacer amigos en viajes, que luego vas a perder? ¿Estar tranquilo? ¿Mirar el mar? ¿Crear? ¿Comunicarse? ¿Un poco de todo? ¿Cuánto de cada cosa? ¿No es carpe diem sobrevivir? ¿Buscar?

¿Es vivir una pasión inútil y por eso cualquier Carpe diem vale y, por tanto, no vale a la vez?

El carpe diem de mucha gente en la juventud es llevar a cabo acciones que les permitan desarrollar sus ambiciones. Nunca son más felices ni sienten que aprovechan más el tiempo que cuando consiguen realizar acciones en dirección a sus sueños (estudiar, formarse, ser útiles, ascender). El problema es que con el tiempo la gente deja de creer en sus sueños o no los ven tan útiles o se desencantan, y, por tanto, sus tensiones para conseguirlo decaen y sus acciones, que ya no tienen direccionalidad, no les hacen sentir que “aprovechan el tiempo” y la gente se siente perdida y entra en la espiral de preguntarse una y otra vez qué es Carpe diem, cómo aprovechar el tiempo. Entonces buscan nuevos objetivos, y empieza el tiempo de los “fuegos artificiales”: se apuntan a todo, prueban de todo, se inventan tareas, proyectos, ideales, causas, disparan para todas partes, hasta que la pólvora, definitivamente, se consume y, entonces, acaban (acabamos) convertidos en polvo de estrellas.