Damas y caballeros, nuestros políticos son lo más de lo más. Entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez (o entre sus equipos; o entre entes desconocidos) han inventado un nuevo concepto que revolucionará la política más cañí. Van a formar un Gobierno de cooperación. Como lo oyen, un Gobierno de colaboración. ¿Esto qué es? Nadie lo sabe. ¿Lo han sabido explicar? Por supuesto que no. Si Adriana Lastra logra aclarar una de esas ideas que llegan del sanchismo más puro y profundo, me comprometo a comprar un globo a mis lectores.

Creo yo que lo que hay que hacer es leer entre líneas, intentar encontrar el anclaje de la idea a la realidad política.

Veamos, Lastra dice «buscaremos fórmulas para un Gobierno plural con personalidades referentes en sus ámbitos. Iglesias le ha dicho al presidente que lo va a explorar. Es un Gobierno incluyente, no cerrado como el de coalición». Posible traducción: algo habrá que dar a estas criaturas. Si pudiera ser, habría que darle lo más difícil de gestionar y lo que más daño les puede hacer para terminar con ellos definitivamente. Iglesias ya sabe lo que tiene que hacer: tragar y estar calladito.

Pablo Iglesias deja caer que aquí ya no hay vetos y que en el Gobierno estarán los que ellos crean que tienen que estar siendo proporcional su resultado electoral con el número de ministros conseguidos. Posible traducción: A mí que me den un ministerio porque la cosa está muy mala, tengo que pagar una hipoteca y me han dicho que la pensión de los que han sido ministros es estupenda.

Pedro Sánchez, sentado en su despacho, con un gato sobre las piernas al que acaricia el lomo, piensa que, tal vez, hay que escuchar al contrario para construir una estrategia perfecta: Iglesias ha dicho que solo desde dentro se puede garantizar que se hacen las cosas y se hacen bien. Tengo que pensar sobre ello, tengo que pensar. Posible traducción: ¿Y si coloco en el registro de entrada y salida de cada ministerio a la plana mayor de estos pobres? Allí van a ver papeles para parar un carro. En realidad con ellos solos no podemos gobernar, así que mucho más no pueden pedir.

¿Qué es un Gobierno de cooperación? No lo sabemos aunque en unos días comenzaremos a comprender qué es esta nueva idiotez con la que se adornan los líderes políticos en España. Ya les adelanto que tendrá que ver con un Iglesias arrastrándose hasta dar vergüenza ajena, de un movimiento de Sánchez buscando la ruina de la formación morada, y de una pasividad pasmosa de Rivera y Casado que tienen bastante con salvar los muebles.