Los medios y los días

¿Qué ha pasado con España y su democracia?

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02 ago 2022 / 04:00 h - Actualizado: 02 ago 2022 / 04:00 h.
"Clima","Periodismo","Los medios y los días","Agua"
  • Pedro Sánchez. / EFE
    Pedro Sánchez. / EFE

Nos preparamos para el otoño y el invierno a los que no pocos anuncian como desoladores por la guerra y por el clima. Si empezamos por éste último, la cantidad de agua que el enorme calor está elevando a los cielos puede caer de golpe en cuanto a los anticiclones los sustituya una DANA o masa de aire fresco o frío. Y eso puede suceder antes de otoño, en cualquier momento. Más catástrofes, más gasto público. A las llamas las sustituirán las torrenteras y como miles de árboles o se han quemado o los han quemado o los han cortado, no podrán detener la furia del agua. Nos hemos apartado de la armonía con la naturaleza y eso se paga, a las veleidades del clima y a los sucesos provocados por gente sin alma se une la mano humana contribuyendo al desastre.

Al mismo tiempo, algunos medios, sobre todo antigubernamentales, publican que 750.000 hogares españoles ya no pueden comprar alimentos básicos debido a la inflación. La intención de estos medios es sencillamente que culpemos de todo a Sánchez y en las próximas elecciones votemos a PP o Vox. Todos los días me trago estos sapos propagandísticos que deshonran al periodismo y lo convierten en una canción unívoca. Pero es mi profesión aunque me empiece a asquear esa tendencia dañina de El Plural y El Periódico de España en pro del gobierno y el papel contrario de OKDiario o Libertad Digital. La verdad es que es vomitivo, con frecuencia no hay ni la más breve brizna de equilibrio en las informaciones, los medios no permiten que el rigor que exige interpretar las muchas caras de la noticia les estropee sus intenciones manipuladoras, por una parte, y de decirles a sus lectores aquello que están esperando. Es una especie de guerra civil larvada porque cuando se encuentren lectores de unos y otros medios tomando una cerveza se corre el riesgo de que salten chispas, como mínimo.

En este caso, si hay 750.000 hogares que no tienen para comer en condiciones no será todo por culpa de Pedro Sánchez. A mí no me gusta nada este presidente y creo que cuanto antes se le eche de la Moncloa, mejor, porque es imposible hacerlo peor. En mi campo, que es la universidad, un tipo de plagia su tesis doctoral es alguien de quien nadie se puede fiar porque su comportamiento vital va a ser siempre así, un Rinconete y Cortadillo con o sin corbata, depende de lo que quiera ahorrar de energía.

Ahora bien, ¿por qué hemos llegado a estos extremos en la nación que debe ser ahora la décima o décimo tercera potencia del mundo, por ahí andará? Eso es lo que hay que preguntarse. Si cuento desde 1977, año de las primeras elecciones generales libres, de los 45 años de democracia hemos tenido el vacile de aquel Felipe González con sus 800.000 puestos de trabajo que iba a crear. Al señor Solchaga diciendo en los 80 que en España se podía invertir con tranquilidad y sacar una pasta; a Aznar haciéndose una foto con los buenos de la película en Las Azores, los que siempre ganan; a ZP con su programa E y sus políticas de igualdad; a Rajoy creando puestos de trabajo, como afirman sus incondicionales, si bien dejó promesas incumplidas como no subir los impuestos. De los 45 años, Sánchez está ahí desde 2018, ¿de dónde han salido tantas familias de escasos recursos? ¿Y el 21,7 por ciento de españoles en riesgo de pobreza?

Aquí vamos a tener que llevar todos a cabo un análisis serio de lo que le ha ocurrido a un país que, en posiciones internacionales, está ahora peor con la democracia que con la dictadura de Franco. Se supone que eso no es normal por más crisis que tengamos encima. Les recuerdo que cuando murió Franco y veíamos nuevos horizontes con la libertad lograda, los jóvenes y progres en general decíamos que ya estaba bien de mirar atrás, que no nos íbamos a pasar 40 años hablando de los 40 años. Pues ahora llevamos 45 de democracia y tenemos que estar preguntándonos que narices ha pasado con España. Y qué pasará.