Los medios y los días

¿Qué Navidad nos espera?

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01 sep 2020 / 04:06 h - Actualizado: 31 ago 2020 / 12:09 h.
"Los medios y los días"
  • Momento de la cabalgata de los Reyes Magos en Higuera de la Sierra (Huelva).
    Momento de la cabalgata de los Reyes Magos en Higuera de la Sierra (Huelva).

En Higuera de la Sierra no habrá cabalgata de Reyes Magos. Nunca he disfrutado con lo que debe ser una maravilla y en 2021 tampoco podré hacerlo. Es una decisión lógica porque se trata de un acto religioso y cultural que necesitará mucho ensayo y numerosas personas y ahora ya sabemos que no se puede uno arrimar a nadie.

La verdad es que me ha producido bastante tristeza leer esa noticia porque llevo tiempo preguntándome y hablando con mi hija pequeña de la próxima Navidad, la fase del año que me levanta más ilusión. Si ya está ahí la lotería de Navidad y desde hace tiempo no veo por qué no voy a pensar y escribir yo sobre la Navidad y más en este año donde seguramente la viviremos con especial tristeza, triple tristeza: por los que se nos fueron hace tiempo, por los que se han ido a causa de la pandemia y por el hecho de estar viviendo en general en el mundo convulso en el que vivimos. Además, quiero escribir ahora, ya, por si no estuviera yo tampoco para sentir ese tiempo donde la gente consume, se desea lo mejor y se abraza. Hay muchos críticos de este hecho, yo también soy consciente de su verdadero significado, pero ya dijo el filósofo Cioran que si ves a la gente dormida y no tienes nada mejor que ofrecerle no la despiertes, déjala que siga soñando.

Yo quiero que me dejen soñar. Leí que el ayuntamiento de Sevilla va a encender las luces navideñas el 27 de noviembre. Fantástico, pero ¿para qué? ¿Para que vayamos unos cuantos a verlas?, ¿para que tengan que estar los guardias vigilando lo separados que estamos? La Avenida de la Constitución no se va a poner de bote en bote porque la pandemia va a seguir y dice el ministro que en diciembre se empezarán a poner vacunas. ¿Qué vacunas? ¿Ya van a tener el visto bueno de la OMS o nos las vamos a aplicar estilo China o Rusia? Y aunque así, fuera, ¿garantiza eso una Navidad de calles y tiendas concurridas? ¡Pero si lo más probable es que no tengamos un “acueducto” de la Constitución como el de costumbre! ¡Si va a correr peligro la tradicional ofrenda de las tunas ante el monumento a la Inmaculada entre el 7 y el 8 de diciembre con lo atractivo que se ha puesto en los últimos años!

De todas formas, ahí quedan esas luces como esperanza de lo que pueda ser. Sólo su anuncio es un estímulo porque la Navidad sevillana se ha convertido en un evento gozoso espectacular, el núcleo de una ciudad se transforma en un centro no sólo de consumo -aumentará espectacularmente el comercio electrónico- sino de representaciones musicales y escenográficas en general, es un estímulo para que las personas se unan y entonen villancicos o la música que sea.

En el interior de las casas, nos tendremos que abrazar clandestinamente o al menos lanzarnos un beso que persigue lo que nunca ha logrado el ser humano desde que existe: vivir en paz. Hace poco vi de nuevo en TV esa película de Berlanga, Plácido, en la que critica la hipocresía. Un grupo de personas decide sentar a un pobre en sus mesas por Nochebuena. En estos momentos, bien mirado, no hace falta buscar a pobre alguno que sentar a la mesa porque, de alguna manera, todos nos hemos convertido en unos pobres, conscientes de que la vida sigue y de que hay que superar todos los obstáculos como hemos hecho siempre por muchos que se hayan quedado en el camino.