El paro anota en 2019 su menor caída en siete años y el dato de afiliación a la Seguridad Social es el más bajo desde 2013. El descenso de venta de coches es alarmante y el pasado año gastamos más de lo que ingresamos, algo que no ocurría desde hacía años. Más gasto público y menos ingresos es mala cosa para la economía del Estado porque sube el déficit, en vez de bajar, que sería lo deseable. Se nota ya que gobierna el Partido Socialista, pero si se celebraran hoy unas nuevas elecciones las volvería a ganar con cierta diferencia sobre el PP. Con Pedro Sánchez de candidato, que es lo más sorprendente de todo esto. Sin embargo, son muchos los analistas que piensan que el problema es Sánchez, y también una buena parte de la ciudadanía española. Todos menos él, que como ya cree que el país es suyo, se considera imprescindible, de ahí que no se haya ido a pesar de los fracasos en las investiduras y los problemas que tiene para convencer a los partidos, digamos serios. En las últimas horas estamos asistiendo a una especie de chantaje por parte de los barones socialistas, quienes piden a Ciudadanos que apoye la investidura de Sánchez para que no dependa de los separatistas, pero es que el secretario General del Partido Socialista ya decidió hace tiempo el Gobierno que quería y en lo último que pensaba era en contar con este partido o los populares. ¿Hay tiempo para rectificar? No, porque todos siguen pensando aún en sus propios intereses sin tener en cuenta los datos con los que empezamos el artículo, que confirman una desaceleración de la economía y, por tanto, problemas graves para la creación de empleo en el año que acabamos de empezar. Lo extraño en todo esto es que nadie del Partido Socialista, digamos con peso, se haya ido a su casa o enfrentado al problema número uno de España desde hace ya tiempo, que es Sánchez. Pero resulta que piden desde este partido responsabilidad de Estado a los demás partidos, algo que cuesta entender. ¿Qué tiene el Partido Socialista, que a pesar del desastre sigue ganando elecciones, aunque cada vez con menos votos? Es la pregunta del siglo.