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Coronavirus

¿Qué tiene usted que saber de la vacuna de AstraZeneca?

Nada, no hay que saber nada de nada. Eso es cosa de los científicos y son ellos los que saben cómo conseguir esa especie de milagros. Los periodistas, los fontaneros o los militares, por poner ejemplo, deben dedicarse a lo suyo para que todo vaya bien. Cada uno en su jardín...

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20 mar 2021 / 22:19 h - Actualizado: 20 mar 2021 / 22:40 h.
"Opinión","Vacunas","Pandemia","Coronavirus"
  • ¿Qué tiene usted que saber de la vacuna de AstraZeneca?

La cantidad de información que recibimos a diario es tan colosal que resulta imposible asimilar lo que nos dicen sin que tengamos que recurrir al titular más llamativo aunque sea estúpido o falso. Y, desgraciadamente, la inmediatez y las posibilidades técnicas que se manejan en la actualidad han provocado que, además, vivamos cualquier evento en directo. Nos retransmiten las guerras, los desastres naturales y... las pandemias. Igual que vemos la lava que sale de un volcán en plena erupción en el mismo instante en que está ocurriendo, sabemos los muertos y los hospitalizados por países, por ciudades, por pueblos, que se producen cada hora.

Nuestra información es de tal envergadura que provoca un efecto casi perverso: opinamos. Alguien dirá que eso es saludable y necesario, que me he vuelto loco diciendo estas cosas. Es cierto (todo, incluso lo de mi locura) aunque si se opina de algo sin tener un criterio formado, sin saber de qué va la cosa o a base de utilizar las reservas de ignorancia, la cosa no es inofensiva.

Nos han televisado la pandemia desde el minuto uno. Los detalles han sido tan numerosos que han abrumado a todos, que han deprimido a casi todos, que han inquietado a hombres, mujeres, niños y ancianos. Si nos fueran diciendo a diario (en radio y televisión) cuántos muertos por infarto o cáncer o cualquier otra enfermedad se producen en España, nos tendríamos que exiliar al desierto o algo así. Es inaguantable. Aunque es mucho peor lo que está pasando en nuestro querido país...

En los bares todos parecen saber de vacunas, en los hogares se debate sobre si la vacuna de AstraZeneca es peligrosa o no, la opinión de personas incapaces de leer un libro (cosa de lo que presumen) se hace importante entre otros todavía más ignorantes. ¿Cómo podemos opinar sobre la vacuna de Moderna si no sabemos lo que es el ARN o si no alcanzamos a entender lo que es un virus? ¿Qué entendemos de cualquier virus de los que se conocen?

0,000002 por ciento es lo que representan los casos adversos de importancia en personas vacunadas con AstraZeneca. Es un porcentaje mínimo. Es verdad que si te toca es una faena. La misma que si hablamos de otras vacunas u otros medicamentos que van de la aspirina a pastillas anticonceptivas. En esta vida no existe el riesgo cero.

Conviene que nos mantengamos al margen de lo que no entendemos, que confiemos totalmente en los científicos y en las agencias reguladoras de medicamentos. No nos metamos en jardines que no conocemos. Lo que sí podemos hacer es dejar de salir de casa como si no pasara nada, o asistir a fiestas prohibidas, o a botellonas. Y nuestros políticos deberían impedir el bochorno que supone ver cómo llegan jóvenes extranjeros a las ciudades españolas para salir por las noches con total impunidad mientras nosotros no podemos ir a visitar a la familia que reside a 100 kilómetros.

¿Conoce usted a alguien que haya conseguido un papel de una empresa para justificar un viaje a otra Comunidad Autónoma? ¿Conoce usted a alguien que haya tenido que viajar a otra provincia, a la misma que tiene que viajar la esposa o el marido (¡qué coincidencia!) y que la pareja viaje a la provincia en la que, casualmente, tienen una segunda residencia? Pues ya está. Menos hablar de vacunas y más cumplir con nuestras obligaciones como ciudadanos.