Los medios y los días

¡Quiero elegir la vacuna! ¡La española!

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23 mar 2021 / 04:47 h - Actualizado: 22 mar 2021 / 20:51 h.
"Los medios y los días"
  • ¡Quiero elegir la vacuna! ¡La española!

Otra vez nos van a pinchar con la AstraZeneca de la Universidad de Oxford. Sus promotores afirman que tiene una efectividad del 79 por ciento y que ya se puede inyectar a personas mayores de 65 primaveras. Ayer, los medios, en general, nos informaban así: “La vacuna de AstraZeneca contra la Covid-19 tiene una eficacia del 80 por ciento en mayores de 65 años, según el ensayo de fase III que la compañía ha realizado en Estados Unidos. Los resultados de este estudio estaban siendo esperados por el Ministerio de Sanidad para aprobar o no el uso de esta inyección en individuos de mayor edad, tal y como ha señalado la ministra, Carolina Darias, en varias comparecencias”. Ya está, si lo ha dicho USA la EMA se cuadra y nosotros a poner el brazo.

También he leído que un equipo de investigación del Hospital Universitario Greifswald (Alemania) ha descubierto un mecanismo que podría conducir al desarrollo de trombosis de senos venosos cerebrales en pacientes que recibieron la inyección de AstraZeneca. Los científicos utilizaron seis muestras de sangre de personas que sufrieron trombosis después de inocularse el antídoto de la farmacéutica anglo-sueca. Tras el análisis, los investigadores descubrieron que una respuesta inmune al fármaco podría implicar la generación de anticuerpos que normalmente se forman solo cuando un organismo necesita curar una herida a través de la coagulación de la sangre, informa el portal NDR. Estos anticuerpos luego "activan" las plaquetas y podrían estimular la formación de coágulos de sangre, particularmente en los senos venosos del cerebro.

Y también he leído que los científicos alemanes no son los primeros en señalar un vínculo entre la vacuna y la trombosis. Anteriormente, especialistas noruegos presentaron conclusiones similares. Con las dos nuevas muertes que se han producido recientemente los expertos noruegos vuelven a ver relación causa-efecto. Mientras tanto, el regulador sanitario del Reino Unido anunció que no existe evidencia de que el antídoto de AstraZeneca cause los coágulos de sangre (tromboembolismo venoso). Al respecto, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) estipuló que el fármaco es seguro y efectivo, tras una semana de revisión.

¿A quién creer?, ¿qué creer?, ¿hay que poner el brazo y ya está? ¿Hay que negarse a que te vacunen para que luego te llamen apestado y te nieguen la estrella Michelín de la pureza contra el virus? ¿Por qué no podemos elegir una vacuna? Los sondeos aportan una clara desconfianza de los españoles hacia la vacuna de Oxford. Oigan, es mi brazo y es, sobre todo, mi salud y mi vida y tengo derecho a dudar que AstraZeneca diga toda la verdad cuando se están jugando muchos millones y mucho prestigio, aunque algunos afirmen que precisamente por eso no miente. ¡Venga ya! La gente tiene mala memoria y una buena capa en forma de campaña de imagen con cambio de marca todo lo tapa.

In dubio pro reo, afirma la máxima jurídica: “en caso de duda, a favor del reo”. El reo soy yo en este caso, estoy sirviendo de “voluntario” para un experimento a gran escala, me van a inyectar a mí, si muero seré un número más y una noticia que al día siguiente se habrá olvidado. Basta que haya sospechas de que una trombosis cerebral pueda ser causada por la vacuna AstraZeneca para que tenga derecho a elegir. Óiganme bien: si padezco una trombosis o una hemorragia cerebral y sobrevivo ya me ha dicho mi seguro de vida del Ocaso que no me cubre eso ni ninguna incapacidad después de los 65 años, por ley estatal. Estamos en una clara indefensión ante el poderoso, a ver si el virus no me ha matado aún y la voy a cascar o a quedarme con secuelas graves por culpa del remedio que puede ser peor que la enfermedad.

Mi condición de periodista y de investigador académico me obliga a dudar de todos, estamos estudiando en la universidad cómo lograr que los poderes no mientan en las informaciones que proyectan y que en la prensa publicamos como corderitos. El ministro de Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, considera un "gran error" que se politice el tema de las vacunas contra el Covid-19, como han hecho algunos países europeos. La politización del asunto es evidente, la UE no tiene aún una personalidad fuerte, no hace honor alguno a su nombre, es débil.

El sindicato de maestros de Italia rechazó en su día la vacuna AstraZeneca porque cree que las producidas por Pfizer y Moderna son más efectivas. Este rechazo se observa también en varios sectores de la población en Europa, luego de que las autoridades de Noruega, Dinamarca, Islandia, los Países Bajos Francia, Alemania y Bélgica, entre otros, informaran que no aplicarán esa vacuna a mayores de 65 años por considerar que no hay datos suficientes sobre su efectividad. Ya los hay, por lo que dice la misma empresa que fabrica la polémica vacuna, AstraZeneca-SK Bioscience (AZ-SKBio) y el Serum Institute de la India (AZ-SII). ¿Debo creerla?

El experto británico John Wright, un profesional experimentado en las epidemias de cólera, VIH y ébola en África subsahariana, ha declarado a la BBC que cuando le preguntan qué vacuna aplicarse él contesta: "Mi respuesta es simple: aceptemos cualquier vacuna que nos den. La idea de elección parece tan errónea cuando hay una escasez tan aguda de vacunas en todo el mundo...” Muy bien, pinche y que salga el sol por Antequera, pero si me ocurre algo no creo que vayan a culpar a nadie por eso que llaman relación causa-efecto porque todos se curan en salud, nunca mejor dicho. Todos se curan en salud menos el que le toca la desgracia. Conclusión: espero a que esté lista la vacuna española, si hay que morir o quedar jodido que sea por la patria. ¿No están los ingleses con la babita caída con su AstraZeneca? Pues yo lo mismo con mis vacunas, esas que elaboran una coalición de jubilados y mileuristas que van a ser los broches de oro de las vacunas. Me coloco a dos metros con mi mascarilla FFP2 y mis manos lavadas y espero. Sólo saldré de casa al súper, al banco, a impartir clases semipresenciales y a ligar un poco con mujeres de confianza.