La política española se encuentra en zona embarrada, en zona vergonzante, en un lugar en el que cualquier español podría decidir no volver a votar jamás si no fuera porque votar un candidato nefasto de entre una caterva de descerebrados, maleducados e inútiles, es mejor que no votar. Aunque conformarse con el menos malo es una tragedia, soportar a uno peor es el fin.
Esta vez llega el turno de Rafael Hernando. Se ha descolgado con un tuit que resulta bochornoso para cualquiera que tengo un mínimo de educación y de sensibilidad. Es este.
Estás pobres chicas de Podemos tienen una obsesión con la insatisfacción sexual q resulta preocupante. Entiendo q algunas se sientan mejor con el vibrador y el satisfayer q con sus parejas , pero deben entender q eso no les pasa a todas las españolas
— Rafael Hernando (@Rafa_Hernando) March 4, 2023
Problema de @PabloIglesias pic.twitter.com/N5ePKYei56
¿A qué viene esto? Pues a unas manifestaciones estúpidas de Ángela Rodríguez Pam, secretaria de Estado de Igualdad, que parece que está dispuesta a ser la peor arma contra su propio partido político. Venía a decir esta mujer que es escandaloso que las mujeres disfruten más con un hombre que a solas. Ya sé que no se puede ser más idiota, pero eso no merece un tuit como el de Rafael Hernando, eso no merece que la política provoque vergüenza y rechazo hasta el límite.
Si Rodríguez Pam cree «escandaloso» que el 75 por ciento de las niñas y chicas jóvenes prefieran la penetración frente a la autoestimulación; que quiera decir a las mujeres cómo deben disfrutar, dónde deben hacerlo y cuándo es mejor; lo único que provoca es risa y recuerda a los obispos de la época de Franco. Pero que un político se descuelgue con lo más soez y lamentable que se ha leído en los últimos tiempos, es peor todavía. Al final, siendo tan torpes, hacen que Rodríguez Pam parezca tener razón si dice que no estamos preparados para hablar de sexo.
Este es el nivel. En manos de estos sujetos estamos. El futuro de la nación depende de lo que hagan estos impresentables. Y este es el mundo que estamos dejando a nuestros hijos, Un asquito.