- Bacalao con tomate.
Estaría bien poder hacer una columna, tras generosa cata, sobre las bondades o maldades de las cuaresmales viandas que entre tripa y esparto nos metemos llegando los días de freno y desenfreno, y que nos tirarán en brazos de la Semana Santa. Y si quisieran contrastar opiniones, seguro que nuestro capataz en La Recogía, Juanmi Vega, no le haría el feo de acudir a una cita por los diferentes templos y hogares donde se trabaja con magisterio y sabiduría el arte del recetario castizo y popular.
Que si el bacalao con tomate o en tortillitas; también con arroz ¡Sarandonga!
El potaje de cuaresma, los pavías, el empedrao o el ajo blanco.
Las espinacas con garbanzos o las croquetas de setas. Recetas de abstinencia y convivencia.
El ayuno, ya nos los quieren imponer los políticos que dicen que no es ecológico tomarte el desayuno. En este mundo de teletabis gobernando que nos ha tocado sufrir, no hay ni una cabeza bien amueblada, aunque sea del Ikea, y es que estos nuevos ricos pensantes no saben lo que es hacerse la ruta de la milla del calentito en en torno a la Gran Plaza, la de verdad, y no la del digital de El Correo de Andalucía, donde somos fervorosos devotos de la masa frita mientras hacemos el churro aporreando el teclado del viejo pc.
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día. La abstinencia consiste en no comer carne. Son días de abstinencia y ayuno el miércoles de ceniza y el viernes santo. La abstinencia obliga a partir de los catorce años y el ayuno de los dieciocho hasta los cincuenta y nueve años de edad, pero aquí no hemos venido a hacer los deberes de la Iglesia ni el de los políticos. Casa uno es su conciencia
Se vienen días de ventanas abiertas que dejan escapar olores por las calles del barrio. Cocinas en las que los peroles dálmatas se resisten a ser sustituidos por freidoras de aire, donde la cazuela de barro le gana el mano a mano al microondas, y donde pese al disparatado precio de la cesta, la plaza grande de casa se sigue haciendo en el mercado de confianza. Con la comida y con tu gente no se juega.
Decía el maestro Jose Antonio Garmendia, que de los olores de Cuaresma todo el mundo habla, pero ¿quién lo hace del perfume?
Y perfuma el aire aire la matita de yerbabuena en el puchero, la ramita de canela en el almíbar y el agua fresca en la cara de la abuela.
Por supuesto, no podemos olvidarnos de la trinidad del dulce: torrijas, pestiños y arroz con leche. Postres y meriendas low cost que en la calle te las cobran a precio de megavatio. Y es que como todo el mundo sabe, las torrijas también vienen de Ucrania.
Aunque para torrija, la mía, que pensaba escribir de una cosa y no se ni lo que les estoy contando, aunque no me olvido que aceptamos pulpo como moneda de convidá y compañía.
El índice del IAC (Ingesta de Almax Consumidos) y la balanza marcarían si los pasos cuaresmales nos dejan en beneficiosas condiciones de salir a ver los pasos.